Esta casa de pueblo del año 1950 para reformar tiene un gran jardín, por lo que podría convertirse en un bonito proyecto con muchas oportunidades. Actualmente la planta baja está habitada y ofrece dos dormitorios, un gran salón comedor, un baño, una amplia cocina y un garaje donde cabe un coche, aunque se podría usar como trastero. La planta piso está sin hacer y se podría diseñar la distribución a gusto del comprador. Tiene unos 350 m2 construidos y casi 700 m2 de solar de los cuales aprox. 360 m2 son urbanos. Dado que la parte trasera del terreno pertenece a zona rústica, no se puede ni se podrá construir por lo que las vistas a Cabrera y al campo seguirán siempre intactas. En el jardín hay varios árboles y mucha zona verde que se podría conservar, tiene varias palmeras e incluso una araucaria gigante. La mayoría de las paredes son de marés grueso que podrían mantenerse y así conservar el estilo típico mallorquín.