Paisaje digno de una postal de antaño, un pueblito tranquilo casi medioeval, sumergido en el verde de los campos y de las colinas todo alrededor y bañado por el rio Segre al frente, creando un microclima que protege esta zona durante todo el año. Un sitio idílico, a poca distancia de Artesa de Segre, pueblo mayor con todos tipos de servicios básicos, como correos, bancos, escuelas, centros de salud, supermercados, etc. La finca, construida en altura y panorámica hacia el rio, restaurada en 2004. Practica como un piso-dúplex, con la independencia de una casa, con su jardín de 110m2 y acceso independiente con posibilidad de poder hacer mucho mas a gusto de cada uno. Zona de día en planta baja y dormitorios con escalera independiente en la planta de arriba.
Una pieza única ideal para una familia que busque tranquilidad e independencia con la comodidad de tener todos los servicios.