Casa encaramada sobre un leve cerro sobrestante el valle místico de Artesa, circundado por las montañas del Pirineo y campo abierto. Únicos vecinos a la vista, dos fincas rusticas muy guapas y casi medioevales. El sitio es una maravilla las cuatros estaciones del año y un espectáculo de estrellas increíble de ver, cada noche. La casa ha nacido como casa familiar y siempre ha sido así hasta ahora. Techo, sistema de calefacción tele controlado, cometidas eléctricas y aire condicionado son de recién instalación. Es una casa solida, bien ventilada, muy cómoda y bien iluminada, con ventanas y balcones que permiten disfrutar de una vista privilegiada. Es una casa muy familiar, ideal para ser compartida con mucha gente o a solas. La carretera que conecta con la principal es plana y de siempre fácil camino. La zona es bien servida por es sistema de salud primaria, alimentación y transporte. El ayutamiento de referencia es Artesa de Segre.