Esta finca clásica y rústica se encuentra a pocos minutos en coche de Sant Llorenç, en una parcela de casi 30.000 m² que ofrece hermosas vistas de los alrededores gracias a su ubicación en una colina. Como la gran mayoría de las casas antiguas, la fachada principal está orientada al sureste, por lo que se puede disfrutar del maravilloso clima mediterráneo de la isla en casi cualquier época del año, protegido del frío viento del norte. El edificio consta de una casa principal con anexos que solían servir de garajes, establos o trasteros. Todas las edificaciones existentes pueden ser completamente renovadas y, debido al enorme tamaño de la parcela, sería posible reconvertir su uso y añadir más construcciones como piscina, garaje o terrazas. La casa principal consta de muros de piedra natural de unos 60 centímetros de grosor, que no sólo son ideales para la renovación, sino que también garantizan un clima interior extremadamente agradable en todas las estaciones. Si desea poseer un pedazo de la historia de Mallorca y rediseñarlo según sus propios deseos, encontrará uno de esos raros tesoros que hacen latir más rápido el corazón del verdadero conocedor.