En la zona más agradable y fértil campo, al sur de la antigua capital de la isla, se encuentra esta excepcional finca, de camino a las playas vírgenes de aguas turquesas, en un entorno privilegiado. Se estima que las casas más antiguas de la finca datan de finales del s. XVIII: en 1837 la Reina Isabel II de España firma un diploma que acredita que en ese año la finca fue la que produjo más grano de toda la isla de Menorca. La "L" que forma su edificación tiene un sentido, como todo en la vida tiene un porque. Suministro eléctrico y de agua propia más que de sobras para satisfacer las necesidades de 120 hectáreas de terreno, una edificación principal de nada menos que unos 430m, además de 1.100m de edificaciones agrarias. Ahora con una explotación ganadera de doscientas cabezas. Podemos hablar días del tesoro que guarda esta maravillosa finca; mejor contacte con nosotros y lo descubrimos juntos.