Se trata de un acogedor piso de 56 m², perfecto para una persona o pareja, ubicado en un edificio construido en 1998. Aunque se encuentra en estado original, tiene un gran potencial para ser renovado y modernizado.
El piso destaca por su amplia entrada, equipada con un práctico armario empotrado que facilita el almacenamiento y organiza el espacio. Desde la entrada, se accede directamente al comedor, que cuenta con una distribución abierta hacia la cocina, lo que aporta una mayor sensación de amplitud y luminosidad.
El comedor y la habitación principal tienen acceso directo a un balcón, ideal para disfrutar del aire fresco o colocar algunas plantas decorativas. Ambos espacios están equipados con doble puerta que proporciona un excelente aislamiento acústico, garantizando tranquilidad.
Aunque está de origen, el piso ofrece una base sólida con acabados propios de finales de los años 90, y bastará con algunas reformas para adaptarlo a las necesidades modernas, como actualizar la cocina, renovar el baño o modernizar los suelos y las ventanas.
Con una reforma adecuada, este piso puede transformarse en un hogar cómodo, práctico y lleno de encanto.