Hay veces que con algunas propiedades retrocedemos en el tiempo y nos imaginamos como vivirían nuestros paisanos y antepasados en una zona como la Sierra de Aracena. Cuando vivías de lo que daba la tierra, buscando los manantiales y puntos de aguas naturales o te desplazabas andando o en bestias… como se pararía el tiempo, qué poco necesitaban para subsistir y cuánto se valoraba el producto que daba la tierra, la paz y la armonía de un lugar aislado, el silencio…
Venir a esta propiedad es solo para aquellos que a todo esto le dan un valor especial. Para empezar porque solo puedes acceder a través de un antiguo camino donde solo puedes ir andando o con algún burro, mulo o caballo. En un enclave único como es la ladera sur de la Peña de Arias Montano, dominando el pueblo de Alájar y su maravilloso valle, desde la carretera de la Peña sale un camino de unos 300 metros hasta llegar a esta finca de 3.500 m2 donde solo las vistas ya te dejarán extasiado. En una zona de antiguo olivar, mezclado con frutales, alcornoques, aparece una vivienda de dos plantas de unos 80 m2 donde tenemos lo necesario para vivir cómodamente. En planta baja cocina con salón en doble altura y un baño completo. Subiendo por unas escaleras de madera llegamos a la planta alta donde todo el suelo es de madera natural donde tenemos tres espacios que podemos repartir a nuestra necesidad: tres dormitorios o dos dormitorios y otro salón o zona de relax, meditación, lectura…
La finca tiene una antigua y gran alberca que se alimenta de un manantial que está montaña arriba y que tiene derecho a una serie de horas a la semana. Desde ahí, a través de unas gomas, se manda el agua a un depósito que está justo arriba de la casa y que puede suministrar el agua a la vivienda. El sobrante del agua de la alberca baja hasta otro pilar más abajo, que se usaba para alimentar a los animales.
La finca no tiene luz eléctrica, por lo que habría que instalar unas placas fotovoltáicas.
El lugar es único y con una belleza y energía diferentes, solo apto para bohemios, naturistas y amantes del olvido.
De acuerdo con lo previsto en el decreto 218/2005, de 11 de octubre, se informa al cliente que los gastos notariales, registrales, impuesto de transmisiones, honorarios de intermediación y otros gastos inherentes a la compraventa no están incluidos en el precio.