Crear un hogar e iniciar un proyecto de vida, lejos de aglomeraciones, debemos basarlo en un entorno que nos pueda asegurar una calidad de vida a largo plazo, una vivienda que cumpla con todas las necesidades, tanto familiares como laborales, y nos proporcione el acceso a los servicios básicos con comodidad. Esta propiedad permite un diseño tanto familiar como un proyecto inmobiliario con gran rentabilidad.
Partiendo de la solidez estructural del inmueble, así como la actual distribución con tres viviendas fácilmente segregables, con dos accesos independientes, las opciones se abren para poder aprovechar la gran demanda de viviendas tanto de alquiler como de segunda residencia que nos ofrece la villa de Gualta y el entorno donde todavía predomina la tradición rural ampurdanesa. La necesaria renovación de los espacios y la fácil adecuación de interiores para poder albergar las tres viviendas independientes conforman una opción inmobiliaria de garantías.
Asimismo, el inmueble también permite una adecuación por vivienda habitual familiar, pudiendo conectar todas las estancias y crear ambientes de convivencia y otros privados, así como espacios laborales.
El término municipal de Gualta está situado en la orilla derecha del río Ter, cerca de la zona costera bajo ampurdanesa, y limita al norte con Ullà, al noreste con Torroella de Montgrí, al sur y al oeste con Fontanilles. La confluencia del Daró con el Ter, dentro del término municipal, hace que la tierra del municipio sea extremadamente fértil, lo que ha desarrollado una consolidada economía agraria. Gualta ha sabido preservar una esencia, un paisaje y un ritmo vital particular, convirtiéndose en uno de los destinos más solicitados del centro de la Costa Brava.
En el entorno del municipio, podemos encontrar una gran diversidad de fauna y flora, extensas explotaciones agrarias donde destaca el cultivo de manzanas, los famosos arrozales de la DO Pals y una de las playas más extensas de toda la Costa Brava. Una oferta de actividades proporciona una variada propuesta turística, tan deportiva, gastronómica y cultural; paseos a pie o en bicicleta, campos de golf, aeródromo, diversidad de deportes náuticos, sin olvidar los festivales y mercados tradicionales que podemos disfrutar durante todo el año.