Una vez superado el famoso puente de Recalde llegamos de inmediato a este local tan singular. El local está de obra, y ocupa una superficie con forma casi rectangular, con diferentes dimensiones de fondo y con una fachada extraordinaria de más de quince metros. Incorpora asimismo varias salidas de humo, lo que unido a otras circunstancias, le posibilita cumplir con la ordenanza municipal de hostelería. El local es completamente accesible y se sitúa a pie de calle en todo su perímetro. Se encuentra situado en una zona con actividad comercial creciente y próximo a zona de gran tránsito peatonal, lo que unido al cómodo acceso en vehículo le confiere una singularidad excepcional. Pensamos que se trata de una oportunidad destacada para dedicar el local a la actividad hostelera o para cualquier otra que demande gran capacidad de exposición.