Casa de grandes dimensiones ubicada en la calle Duende, cerca de la Plaza del Conde Luque. Antiguamente estuvo asentada en ella la Casa Consistorial de Guadix. El edificio ha sufrido segregaciones de gran importancia, lo que ha transformado el aspecto original de la construcción. Formaba parte del mismo inmueble que linda con él a la izquierda. Aun así, quedan identificables numerosos elementos constructivos antiguos como la fachada, las escaleras, la estructura del patio, los forjados, el torreón, etc. La casa de dos plantas se organiza en torno a un patio cuadrangular con galerías. Además, existe un segundo patio, seguramente destinado para el servicio y al fondo un espacio de huerta (actualmente es un patio con piscina privada, barbacoa y zona de descanso). La fachada está protagonizada por una portada de piedra adintelada y apoyada sobre dos columnas con ménsulas decoradas, que actualmente pertenece al inmueble colindante. Sobre ella un pequeño balcón en voladizo y coronado la fachada una cornisa con canecillos de madera. En ambos extremos se colocaban sendos balcones con tres arcos de medio punto al frente y dos al lateral. Sin embargo, el de esquina correspondiente a esta parcela fue demolido, aunque en la fachada queda marcado aún el saliente correspondiente a su planta. La fachada ha sido también remodelada, con la apertura de nuevos vanos de acceso para personas y cochera y la colocación de un zócalo de piedra que desentona con el resto de la edificación. La historia nos lleva a que esta casa perteneció a nobles descendientes de Alí Abenaxara, líder de los musulmanes de Fiñana, colaboró con los Reyes Católicos para la entrega y capitulación de esta ciudad almeriense (1489), recibiendo diferentes privilegios. Al año siguiente participaría en el apaciguamiento de la rebelión mudéjar de Guadix y Fiñana, obteniendo por ello diferentes mercedes en el repartimiento de Guadix. Estos descendientes eran los Piédrola Narváez. Posteriormente paso a manos de los descendientes de la familia Alarcón, que se trasladarían al callejón del Hospital, mientras Don Luis Alarcón y Ariza compraba el palacio de Conde Luque o de los Piedróla Narváez. Lo tienen todo documentado en un libro registrado en la biblioteca de Carlos Asenjo.