En la aldea, la vida transcurre en armonía con la naturaleza, el tiempo parece detenerse, permitiendo disfrutar de cada momento con calma y serenidad, los días comienzan con el canto de los pájaros y el suave murmullo del río que atraviesa el pueblo y los vecinos se saludan con una sonrisa y comparten historias de la vida. Encajando perfectamente con esa descripción os traemos esta casa de piedra que data del año 1910, con infinidad de posibilidades de restauración, que dará lugar a ese mágico hogar dónde crear recuerdos con familia y amigos. El inmueble goza de 163 m construidos, divididos en 2 soleadas plantas y una parcela de 10300 m, repartidos en varias alturas, lo que proporciona y garantiza unas vistas despejadas todo a su alrededor. Echar un ojo a nuestro reportaje fotográfico y contactar con nosotros para resolver dudas y sobre todo agendar visita a este maravilloso rincón donde la vida fluye con tranquilidad y belleza, recordándonos la importancia de vivir en equilibrio con nuestro entorno y con nosotros mismos.