Esta finca rústica se encuentra muy cerca de Son Negre, entre los municipios de Manacor, Son Carrió y Sant Llorenç. Según el catastro, las edificaciones datan de 1910 y 1920, pero podrían ser incluso más antiguas debido a su construcción en piedra natural y marés. La parte residencial está rodeada de un gran número de anexos, establos, cobertizos y garajes, por lo que la superficie total de construcción asciende a unos impresionantes 350 m². Los edificios se ubican en un solar de algo más de 14.000 m² que, debido a su posición elevada en Son Berga, ofrece hermosas vistas sobre la finca Son Crespí Vell hasta las montañas de Son Macià. Esta propiedad es una de las pocas fincas mallorquinas "auténticas" que quedan, lo que ofrece a su futuro propietario una base sólida para la realización de sus propios sueños a la hora de reformar la casa y diseñar el terreno.