BUNYOLI Desde hace muchísimos años, generaciones han conservado este diamante en bruto llamado Bunyoli. Emplazado en más de 250 hectáreas, con frondosos árboles centenarios, vistas panorámicas de verdor y naturaleza. Cerca del pueblo Establiments. De vecino está “la Serra de Tramuntana”, patrimonio de la Humanidad, título conferido por La Unesco en el 2011 y La finca de Bunyolí está situada en un entorno natural privilegiado, rodeada por las montañas de la Sierra de Tramuntana. Esta área es conocida por su belleza paisajística, y muchas fincas en la región están dedicadas a la producción de aceite de oliva, vino, y otros productos agrícolas. La historia de la possessión comenzó en el año 1232, cuando se fundó la Baronía de Bunyoli. Durante cientos de años sus campos servían como fuente de ingresos, con cultivos de algarrobos, naranjos y vino, así como olivos de donde sacaban el aceite desde su propia tafona. También comercializaban con la cría de animales, como las ovejas. El camino que lleva a la casa principal bordeado con majestuosos calypsos, que alcanzan los 36 mts de altura, culmina en la clastra que rodea la mansión, así como la tafona, la casa del amo y con vistas a gran parte de sus tierras. La posessión tiene construidos aproximadamente 7.500 mts. La Mansión data del año 1698, construida en piedra y marés. Tiene 4 pisos con 2.838 metros cuadrados, distribuidos en Salones, cocinas, dormitorios, algunos con baño en suite, así como grandes terrazas y balcones. Cada estancia tiene ventanas enormes, desde donde se puede disfrutar de unas vistas privilegiadas del campo, de las montañas, de la ciudad de Palma y hasta el Mar! Rodeado de un esplendoroso jardín, se encuentra su hermosa capilla que daba servicio religioso a todas las comarcas cercanas y se ha utilizado hasta hace algunos años para eventos familiares. Deseosos de devolver el esplendor de ésta histórica posesión, ponemos a disposición de personas, interesadas de vivir la experiencia en diseñar el futuro de la nueva era de Bunyoli. Las posesiones mallorquinas, como Bunyolí, son un testimonio vivo de la historia y la cultura de Mallorca. Representan un modelo de vida que ha perdurado durante siglos y que aún hoy sigue siendo parte esencial de la identidad mallorquina. Esta finca es valiosas no solo por su arquitectura y su historia, sino también por su papel en la conservación del paisaje y las tradiciones locales.