En una de las recónditas calles del casco antiguo de Castalla, en la misma ladera del castillo, este piso se presenta como una joya aunando modernidad y tradición. Fruto de una cuidada reforma, sorprende por la elegancia y luminosa amplitud de sus estancias. Ocupando la totalidad de la segunda planta de un edificio sin ascensor, cuenta con un coqueto recibidor que da paso al generoso salón comedor con balcones sobre la calle, una amplia y luminosa cocina, tres acogedores dormitorios y un moderno baño. Como extra, la terraza comunitaria disfruta de unas espectaculares vistas del pueblo y a la montaña del Xorret de Catí. Todo en él respira elegancia, luminosidad y comodidad. Una joya escondida en un entorno privilegiado.