¡Bienvenido a esta espaciosa oportunidad en el corazón de Malasaña! Este apartamento de 133 m² ofrece un potencial increíble con sus 4 dormitorios, un gran salón exterior con terraza cubierta, perfecto para quienes buscan un proyecto de renovación en una de las zonas más vibrantes de España.
Tiene una altura de techos de 3,5 metros.
Ubicado en un edificio clásico con ascensor, el apartamento requiere reformas, dándole la libertad de personalizar cada rincón a su estilo.
Este piso se vende en modalidad de alquiler con opción a compra. Contáctanos para más información.
Disfrute de una terraza privada para relajarse al aire libre y un práctico cuarto de almacenamiento para mantener su hogar organizado. El sistema de calefacción a gas asegura comodidad durante los meses más fríos. La ubicación en Malasaña le permite disfrutar de una vida urbana llena de cultura, gastronomía y entretenimiento a solo unos pasos de su puerta.
Este apartamento es ideal para quienes desean crear un hogar a medida en un entorno lleno de carácter. ¡No pierda esta oportunidad de inversión única!
El barrio de Universidad, también conocido como Malasaña, es una zona dinámica de estudiantes con cafeterías, panaderías y tiendas de ropa vintage. Desde finales del siglo xx, se asocia al área de Malasaña, aunque no hay consenso en el área que comprendería, aun así, Malasaña no existe oficialmente. Recibe este nombre por encontrarse en la calle de San Bernardo el Caserón de San Bernardo, la antigua sede de la Universidad de Madrid. El sobrenombre del barrio —Malasaña— le llegaría luego, a raíz de la calle dedicada en 1879 a la familia Malasaña y desde 1961 a la joven costurera Manuela Malasaña, asesinada por las tropas napoleónicas durante las jornadas de represión posterior al Levantamiento del 2 de mayo de 1808, bajo la acusación de "portar armas", por llevar unas tijeras de costura cuando fue arrestada.
Por su situación estratégica entre los barrios de Chueca y de Argüelles (zona cercana a la Universidad), las calles del entorno de Malasaña focalizaron en gran parte los movimientos de la llamada Movida madrileña de los años 70 y años 80. Se llegaron a considerar lugares de culto bares con una moderada pista de concierto como El Penta y La Vía Láctea.