Alaró es un pintoresco y encantador pueblo del interior septentrional, que ha conservado su encanto original con calles estrechas y casas tradicionales de piedra. Pequeñas tiendas, bares y restaurantes invitan a disfrutar del lugar.
Dentro de este idílico escenario se encuentra esta distinguida casa esquinera, ofreciendo la posibilidad de ser transformada en una auténtica joya de estilo mallorquín. En la planta baja, se encuentra un amplio salón, un comedor, un despacho y una cocina. En la primera planta, se distribuyen siete dormitorios, uno de ellos con su propio baño, además de otro baño independiente y un amplio salón con acceso a una terraza. En la segunda planta, se presenta un espacio de plano abierto. Los suelos de baldosas antiguas, las vigas de madera y los elementos de piedra todavía exudan el encanto de épocas pasadas.
En el exterior, encontrará un jardín con un pozo. El edificio está protegido y, por lo tanto, no se puede demoler. Sin embargo, es posible modernizar el interior y adaptarlo a las necesidades actuales.
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