La propiedad, con una superficie de 175 m2 situada en un terreno de 10.675 m2, ofrece múltiples posibilidades de uso. Se compone de una vivienda principal, un edificio agrícola y varias dependencias, todo ello a pocos pasos de la playa de Puerto Sóller.
El edificio principal, al que se accede por un jardín delantero con su propia fuente, cuenta en la planta baja con un área de recepción, una cocina separada, un salón-comedor climatizado, un dormitorio y un baño. El piso superior alberga tres habitaciones adicionales. Una bodega y una cocina tradicional mallorquina en una sala contigua son testimonio del pasado histórico de la casa.
El segundo edificio, que hasta ahora se utilizaba para fines agrícolas, se distribuye en dos plantas y tiene varias habitaciones.
El extenso terreno, plantado con naranjos y diversas especies de plantas, ofrece una pintoresca vista de la vegetación exuberante y el paisaje montañoso.
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