Oficina perfectamente acondicionada inundada de luz natural, amplia, espléndida, custodiada por grandes ventanales curvados en su arquitectura, que como un gran escaparate dirigen su atención hacia el parque de la Independencia, siempre vital, concurrido, familiar. Las dilatadas cristaleras que abarcan la fachada, poseen el aislamiento preciso para no percibir ruidos exógenos y complacerse con el silencio necesario para desempeñar cualquier labor que implique concentración. Sin duda alguna, un departamento céntrico, elegante y con las estancias necesarias para desarrollar actividades de índole diversa.