Responsable de comunicación en Indomio España
El uso del aire acondicionado se ha hecho cada vez más frecuente en los últimos años, debido sobre todo al calentamiento global, que ha dado lugar a temperaturas que ahora son difíciles de mantener. Sin embargo, un uso excesivo o inadecuado del aire acondicionado, por ejemplo durante la noche, puede acarrear graves problemas de salud, que pueden afectar en gran medida al estado de bienestar.
Uno de los principales aspectos a tener en cuenta es la temperatura. Para que el ambiente sea óptimo, debe estar entre 25 °C y 27 °C. Dejar el aire acondicionado encendido por la noche sin un control adecuado puede dar lugar a temperaturas demasiado bajas, lo que afecta negativamente al sistema respiratorio, provocando congestión nasal, irritación de garganta y, en algunos casos, agravando afecciones preexistentes como el asma.
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Esto se debe a que el aire frío puede reducir la humedad de las vías respiratorias, provocando sequedad e irritación. Además, el aire acondicionado tiende a reducir la humedad en el ambiente, contribuyendo también a una mayor sequedad de la piel y las mucosas. Esto puede provocar deshidratación de la piel y sequedad ocular, especialmente en las personas más sensibles al cambio climático.
A pesar de los riesgos potenciales, mantener el aire acondicionado encendido por la noche también puede ofrecer beneficios. De hecho, una temperatura ambiente demasiado alta puede dificultar el descanso, aumentando la sudoración y provocando frecuentes despertares nocturnos. Mantener una temperatura constante y confortable puede ayudar a garantizar un sueño más profundo y reparador.
Los estudios han demostrado que un ambiente fresco ayuda a reducir el tiempo que se tarda en conciliar el sueño, mejorando la continuidad del sueño profundo. Por lo tanto, para evitar que la temperatura descienda por debajo de los 25 °C, la solución más eficaz es programar el sistema para que se apague automáticamente al cabo de un par de horas.
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Para equilibrar los beneficios y reducir los riesgos potenciales, también es esencial tomar ciertas precauciones. Programar el aire acondicionado a una temperatura moderada, preferiblemente no inferior a 25°C, mediante franjas horarias programadas durante el día puede ayudar a evitar cambios excesivos de temperatura en el hogar. Además, es aconsejable utilizar un humidificador en combinación con el aire acondicionado para mantener un nivel de humedad adecuado en el hogar.
Un aspecto que a menudo se pasa por alto es el mantenimiento periódico del aire acondicionado. Los filtros sucios o desgastados pueden liberar polvo, alérgenos y otros contaminantes que deterioran la calidad del aire. Por lo tanto, limpiar y sustituir los filtros con regularidad es esencial para garantizar que el aire acondicionado funcione correctamente y de forma segura. Además, el mantenimiento de la unidad ayuda a prevenir la acumulación de moho y bacterias que pueden proliferar en las partes internas del sistema. Estos organismos pueden liberarse al medio ambiente, exponiéndonos a posibles riesgos para la salud.
Por todo ello, mantener el aire acondicionado encendido por la noche no es necesariamente perjudicial, siempre que se tomen las precauciones adecuadas. Un uso consciente, que tenga en cuenta las necesidades de confort térmico sin comprometer la salud, es la clave para disfrutar de las ventajas del aire acondicionado minimizando los riesgos potenciales.