Responsable de comunicación en Indomio España
Vender una casa puede ser un verdadero reto, sobre todo cuando el mercado inmobiliario fluctúa o el precio que se pide no parece atraer el interés deseado. Dunstan Low, propietario de una villa en Inglaterra, se encontró exactamente en esta situación. Tras intentar sin éxito vender su casa por 800.000 libras, decidió adoptar un enfoque innovador y decididamente poco convencional: regaló su casa como premio en una lotería.
La atrevida idea tuvo un éxito inesperado. En lugar de rebajar el precio de venta, Dustan organizó una lotería, vendiendo boletos a 1 libra cada uno. Cualquiera que comprara un boleto tendría la oportunidad de ganar la villa. Al final de la operación, Duston consiguió vender nada menos que 1.500.000 boletos, con lo que ganó 1,5 millones de libras, una cifra muy superior a la que habría obtenido con una venta tradicional.
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A pesar del éxito de la estrategia de Dustan, es importante señalar que este tipo de venta no es aplicable en todas partes. En Italia, por ejemplo, las loterías están reguladas por leyes específicas y este tipo de iniciativas podrían considerarse juegos de azar, con todas las implicaciones legales que ello conlleva. Además, los premios de lotería pueden estar sujetos a impuestos y tasas, y el organizador debe asegurarse de que cumple todas las obligaciones fiscales.
Aunque las ventas de lotería aún no son habituales, en los últimos años han surgido otros casos similares, en los que propietarios de viviendas han decidido convertir la venta de su propiedad en una lotería, obteniendo a menudo más dinero del que habrían ganado con una venta tradicional. Este método no sólo atrajo la atención de los medios de comunicación, sino que también ofreció a los participantes una oportunidad única de ganar una casa con una inversión mínima.
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Tras el éxito de la lotería de la casa, Dunstan lanzó un nuevo concurso en 2019 llamado ‘Winalambo.net’, que esta vez ofrecía un premio vinculado a la compra de un Lamborghini. Los participantes podían ganar hasta 400.000 euros para la compra del coche y hasta 250.000 euros en metálico. La lotería también pretendía recaudar hasta 45.000 euros para obras benéficas. La cuota de inscripción era de 1,80 libras, y también se aceptaban criptomonedas. Dunstan esperaba utilizar este concurso para relanzar su negocio de lotería inmobiliaria, con la participación de socios como GC Motors de Harrogate.