Colaboradora de Indomio.es/news
Los acumuladores de calor son una forma de calefacción práctica y económica para el hogar. Funcionan almacenando calor cuando la electricidad es más barata y luego lo liberan durante el día, manteniendo la casa caliente sin un consumo constante de energía. Así, puedes ahorrar en la factura eléctrica y disfrutar de una temperatura cómoda. Además, estos sistemas funcionan de manera automática y requieren poco mantenimiento, lo que los hace ideales para quienes buscan una opción de calefacción sencilla y eficiente.
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Los radiadores acumuladores funcionan de forma sencilla: cargan energía térmica en las horas de tarifa baja, cuando la electricidad es más económica (normalmente por la noche) y luego liberan ese calor lentamente para mantener la casa a una temperatura agradable todo el día. Gracias a su sistema electrónico, solo utilizan la energía que realmente necesitas, lo que ayuda a ahorrar en la factura.
Hay dos tipos de acumuladores de calor, según cómo distribuyen el calor en la estancia. Los acumuladores estáticos liberan el calor de forma continua a lo largo del día, manteniendo el espacio siempre cálido. Por otro lado, los acumuladores dinámicos son más flexibles y permiten programar la liberación de calor solo en los momentos en que realmente lo necesitas. Así, puedes elegir el tipo que mejor se ajuste a tus horarios y a tu estilo de vida, optimizando el confort y el consumo de energía en tu hogar.
La duración del calor en un acumulador depende de factores como su potencia, la temperatura que elijas y el calor que ya haya almacenado.
Su termostato interno ayuda a optimizar el uso de energía, activándose solo cuando necesita cargar más calor, lo que permite ahorrar en la factura. Además, cuando el acumulador llega a la carga programada, se detiene y deja de consumir electricidad.
La posición de la rueda de carga también afecta cuánto calor almacena y su duración: una carga más alta garantiza más calor durante el día. En resumen, los acumuladores de calor son una forma práctica y eficiente de mantener el hogar cálido con un gasto controlado.
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El consumo de los acumuladores de calor puede variar considerablemente según la potencia contratada y las tarifas de electricidad. En hogares que usan acumuladores, suele contratarse la tarifa 2.1DHA, ideal para aprovechar las horas de discriminación horaria y ahorrar en el consumo. Con esta tarifa, los hogares suelen tener una potencia de entre 10 y 15 kW, con un coste anual que puede oscilar entre 575€ y 800€.
Sin embargo, muchos hogares están pagando el máximo (800 € al año) debido a una potencia contratada superior a la necesaria. Al ajustar la potencia a la demanda real del acumulador, podrían reducir el gasto en unos 225 € anuales. Además, es importante revisar anualmente las tarifas de kWh para aprovechar ofertas vigentes y evitar aumentos de precio al finalizar el contrato. Con estos ajustes, es posible optimizar el consumo de energía y reducir el coste de usar acumuladores en casa.