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Las sartenes son herramientas esenciales en la cocina, pero incluso éstas tienen una vida útil limitada. Los arañazos marcados, la pérdida de capacidad antiadherente y los desconchones en el revestimiento son señales claras de hay que cambiar una sartén. Seguir cocinando con una sartén estropeada puede comprometer la calidad de los alimentos y, en algunos casos, exponerte a riesgos para la salud.
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Utilizar una sartén estropeada puede acarrear diversos problemas. En particular, los revestimientos antiadherentes antiguos, como el teflón, pueden liberar sustancias tóxicas cuando se dañan. Una sartén con un revestimiento deteriorado no sólo pierde sus propiedades antiadherentes, dificultando la cocción, sino que también puede comprometer la seguridad de los platos que cocinamos. Cambiar una sartén desgastada es, por tanto, esencial para seguir cocinando con seguridad y eficacia.
La vida útil de una sartén varía mucho en función del material y el uso y puede ayudarnos a saber cuándo cambiar una sartén.
Las sartenes antiadherentes, por ejemplo, tienen una vida media de unos 2-5 años; sin embargo, si el revestimiento antiadherente muestra arañazos o signos de desgaste, es aconsejable sustituirlas incluso antes.
Las sartenes de acero inoxidable son más duraderas y pueden durar más de 10 años, manteniendo sus propiedades con un mantenimiento adecuado.
Las sartenes de hierro fundido, si se cuidan adecuadamente, pueden durar décadas, mejorando con el uso debido al curado natural.
Las sartenes de cobre, a menudo recubiertas internamente con otros materiales, requieren un mantenimiento específico pero pueden durar muchos años si se cuidan adecuadamente.
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Por último, los woks tradicionales de acero al carbono, si se curan y mantienen bien, pueden durar toda la vida.
En general, la longevidad de una sartén depende de la calidad del material, la frecuencia de uso y el cuidado en el mantenimiento.
En el caso de las sartenes antiadherentes, la sustitución debe realizarse aproximadamente cada 2-5 años, en función de su uso y cuidado. Siempre es una buena idea echar un buen vistazo a nuestros utensilios de cocina para reconocer cuándo hay que cambiar una sartén o una cacerola. Los principales signos de desgaste son:
Cuando una sartén antiadherente se raya, el revestimiento de teflón (PTFE) puede deteriorarse, comprometiendo su función antiadherente y facilitando que los alimentos se peguen durante la cocción. Aunque la ingestión accidental de pequeñas partículas de teflón no se considera peligrosa para la salud, ya que el material es inerte y no es absorbido por el cuerpo, los arañazos pueden dejar al descubierto el material metálico subyacente, como el aluminio, que podría reaccionar con los alimentos.
Además, un revestimiento dañado puede liberar microplásticos durante la cocción. Para prevenir estos riesgos, es aconsejable sustituir las sartenes antiadherentes rayadas y utilizar utensilios de madera o silicona para remover los alimentos, evitando las herramientas metálicas que pueden dañar aún más la superficie.
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Como ya se ha mencionado, el revestimiento antiadherente suele estar hecho de politetrafluoroetileno (PTFE), conocido como teflón, que es estable y seguro a temperaturas normales de cocción. Sin embargo, si la sartén se sobrecalienta por encima de 260°C, el PTFE puede degradarse, liberando humos potencialmente nocivos. En el pasado, en la producción de PTFE se utilizaba ácido perfluorooctanoico (PFOA), una sustancia clasificada como «posiblemente cancerígena para el ser humano» por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC).
Afortunadamente, el uso del PFOA se ha ido eliminando, y las sartenes modernas suelen estar libres de él. Es importante evitar el uso de utensilios metálicos en las sartenes antiadherentes para evitar arañazos que puedan comprometer la integridad del revestimiento. Es importante cambiar una sartén en caso de arañazos profundos o desgaste importante, para garantizar la seguridad y un rendimiento óptimo.
Para mantener las sartenes en buen estado durante más tiempo, conviene seguir algunas prácticas básicas. Además de evitar el uso de utensilios metálicos en las sartenes antiadherentes, lavarlas suavemente a mano, evitar los cambios de temperatura y no meterlas en el lavavajillas son buenas prácticas de cuidado y mantenimiento que debes adoptar. Estos sencillos pasos pueden marcar una gran diferencia en la vida útil de sus utensilios, permitiendo que sus sartenes sigan rindiendo bien.
Las sartenes y cacerolas antiadherentes deben desecharse correctamente para proteger el medio ambiente. Las sartenes antiadherentes, que suelen estar recubiertas de teflón, no pueden tirarse a los contenedores normales de basura, ya que contienen sustancias potencialmente nocivas. Debes llevarlas a un punto limpio de tu municipio, donde serán tratadas adecuadamente.
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