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Cuando se trata de civilizaciones y ciudades antiguas, sea cual sea el lugar del mundo en el que se encuentren y la época a la que pertenezcan, los restos de sus ciudades suelen estar enterrados y, de hecho, se descubren gracias al trabajo de los arqueólogos que excavan y buscan artefactos y edificios.
Sólo hay que pensar en Pompeya y Herculano, sumergidas en lava hace 2000 años por la erupción del Vesubio y redescubiertas muchos siglos después; en las ciudades de los mayas en América o en edificios de Roma que sólo resurgen en la actualidad, a pesar de que la ciudad siempre ha estado habitada.
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Pero, ¿por qué las ciudades antiguas están enterradas? Descubramos juntos por qué los restos del pasado, tan ricos y fascinantes, se encuentran a menudo a varios metros de profundidad bajo capas de tierra.
Se sabe que los restos de civilizaciones y ciudades antiguas antiguas se encuentran bajo muchas capas de material y tierra, a varios metros de profundidad. De hecho, no se encuentran donde realmente se construyeron, utilizaron y habitaron.
Las razones de este fenómeno son múltiples y difieren de un caso a otro. Pueden cubrirse debido a catástrofes naturales, al abandono, a la acción de la naturaleza o a la del hombre. Veamos en detalle las diferentes causas posibles de este fenómeno:
Por ejemplo, inundaciones o erupciones volcánicas: el caso emblemático es el de Pompeya, azotada en el año 79 d.C. por la erupción del Vesubio y cubierta por capas de lava que la borraron y al mismo tiempo la conservaron intacta y materialmente sepultada bajo el material eruptivo.
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Algunas ciudades antiguas fueron abandonadas por sus habitantes a causa de invasiones o hambrunas que los expulsaron a otros lugares, y la acción de la naturaleza intervino sobre esos edificios, cubriéndolos:
Tras las demoliciones, ya fueran accidentales o deliberadas, el material sobrante se reutilizaba para construir nuevos edificios o carreteras, y las nuevas construcciones se asentaban sobre los restos de las antiguas, que luego quedaban literalmente enterradas, como es el caso de Roma o Londres.