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Bambú
Hogar ecológico 11 abril 2024

Bambú en maceta, 5 consejos para cuidarlo en casa


El bambú es una planta popular, signo de buena suerte en la cultura china. También puede cultivarse en casa: aquí tienes 5 consejos para cuidarlo.
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Raquel González

Colaboradora de Indomio.es/news

El bambú es una planta muy popular por su significado: en la cultura china, se cree que trae buena suerte, prosperidad y felicidad.

Esta planta, de hojas elegantes y crecimiento rápido, también puede cultivarse en interiores y en macetas, pero necesita algunos cuidados para que prospere y se desarrolle saludablemente.

Veamos 5 consejos para cuidar el bambú en macetas y garantizar un crecimiento exuberante y duradero.


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La cantidad adecuada de agua

Para que el bambú crezca sano y floreciente, el riego es crucial, pero ¿cuánta agua necesita? Durante el primer año tras la plantación, es esencial proporcionar una cantidad adecuada de agua para garantizar el crecimiento óptimo de esta planta.

Según los consejos de los expertos, es aconsejable regar el bambú de forma regular y abundante, aportando al menos 15 litros de agua durante un periodo de 15 días.

Esta práctica es esencial para favorecer un enraizamiento fuerte y un crecimiento sano. Incluso en climas suaves, es importante mantener la regularidad en el riego para garantizar que el bambú reciba la hidratación que necesita para prosperar.


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La posición perfecta

La elección del emplazamiento adecuado es crucial para garantizar el bienestar del bambú en maceta: ¿dónde colocar la planta de bambú?

Esta planta prefiere un lugar luminoso y sombreado, que permita que la luz se filtre suavemente. Sin embargo, el bambú es igualmente adaptable y también puede prosperar en lugares sombríos, aunque su crecimiento será considerablemente más lento.

Cuando llega la primavera y disminuye el riesgo de heladas, los bambúes en maceta pueden trasladarse al exterior, lo que les permite beneficiarse de la luz solar natural y prosperar aún más.

Presta atención al sustrato

Para que el bambú en maceta crezca de forma óptima, es esencial prestar especial atención a la elección del sustrato. Éste debe cumplir unos requisitos específicos, permitir un drenaje eficaz del agua y, al mismo tiempo, retener adecuadamente la humedad que necesita la planta.

Una mezcla de turba rubia o fibra de coco, que constituya entre el 40% y el 60% de la composición, puede formar la base, a la que se puede añadir entre un 10% y un 20% de tierra para macetas.

Para completar la mezcla, se recomienda incluir de dos a tres partes de corteza de pino y una parte de arena o puzolana. Toda la combinación se beneficiará de un abono nitrogenado de liberación lenta con una proporción de 10-5-5.

Conviene subrayar que, a pesar de esta fertilización básica, es importante seguir aportando regularmente nutrientes mediante el riego o coberturas específicas para garantizar la salud permanente de los bambúes en maceta.

Tamaño de la maceta

La elección de una maceta adecuada es otro elemento clave para garantizar la salud y prosperidad de los bambúes en maceta. El tamaño de la maceta debe elegirse en función del tamaño de la planta, adoptando macetas de 1,3 litros para las variedades enanas y de 2 litros para todas las demás especies de bambú.

En caso de cultivar varias plantas en la misma maceta, es importante mantener una distancia aproximada de 30-40 cm entre las raíces para las plantas más pequeñas, mientras que para las especies más grandes, la distancia ideal debería situarse entre 1,50 y 2 m.

El proceso de acolchado

Otro paso clave para garantizar un buen crecimiento de los bambúes en maceta es el proceso de acolchado para promover unas condiciones óptimas del suelo.

Para mantener el suelo constantemente fresco y libre de impurezas, es aconsejable adoptar la práctica del acolchado, que puede hacerse utilizando hojas o dejando hojas caídas de forma natural alrededor de la planta.

Esta capa protectora no sólo ayuda a conservar la humedad del suelo, sino que también actúa como barrera natural contra las malas hierbas no deseadas. Una buena alternativa es dejar las hojas caídas de forma natural, creando así una cubierta orgánica que ayudará a mantener constante la temperatura del suelo.

Además, para garantizar un aporte adecuado de nutrientes, es esencial un abono regular, preferiblemente con un abono específico para césped.

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