Colaboradora de Indomio.es/news
Las obras de la Sagrada Familia de Barcelona comenzaron en 1882, son 140 años desde la colocación de la primera piedra y la Basílica sigue en construcción. Cuando se encontraba hacia la mitad de su recorrido, a finales de los años 50, solo se había logrado terminar una de las fachadas.
La finalización del monumento más visitado de España, con casi 5 millones de visitantes al año, coincidirá con el centenario de la muerte del hombre que lo revistió con su inconfundible estilo: Antoni Gaudí, el arquitecto que en 1883 retomó las obras iniciadas un año antes y cambió el estilo neogótico por el modernismo y el modernismo catalán.
El templo iniciado por Gaudí lleva cinco generaciones para lograr llevarla a su término y podemos decir que se encuentra en la recta final. 2026 es la fecha deseada para terminar por fin la basílica de la Sagrada Familia, coincidiendo con el centenario de la muerte de Antonio Gaudí.
El Templo de la Sagrada Familia, más conocido como la Sagrada Familia, se convertirá en el edificio de culto más alto del mundo. El inicio de la construcción se remonta a 1882, pero ya poco después de la colocación de la primera piedra, el imponente proyecto dio un vuelco gracias a Antonio Gaudí que rediseñó por completo la fachada. Lo que debía ser un edificio neogótico se convertía en el máximo exponente del modernismo catalán.
Los andamios desde los que hoy se vislumbra la sexta y última torre central podrían desmontarse en menos de tres años. Las autoridades harán todo lo posible para que la obra se entregue completa al público en 2026. Esta coincidencia no es casualidad, porque el 10 de junio de 1926 se cumplirán exactamente 100 años de la muerte de Antoni Gaudí i Cornet, que nació en Reus el 25 de junio de 1852 y murió el 10 de junio de 1926 en Barcelona, la ciudad donde consagró su obra.
Nada menos que siete de sus obras figuran en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, todas ellas en el territorio de la comunidad autónoma de Cataluña, entre ellas la Fachada del Nacimiento y la Cripta de la Sagrada Familia.
La obra fue concebida en estilo neogótico. El toque de Gaudí, definido por Le Corbusier como un «moldeador de piedra, ladrillo y hierro», la hizo cada vez más imaginativa y adherida a los elementos de la naturaleza, con torres ahusadas que parecen castillos de arena revestidas de cerámica de colores e influidas por el cubismo, y decoraciones típicas del Art Nouveau.
A día de hoy, la Torre de Jesucristo está situada en el nivel ocho de construcción de los 12 totales, con una altura de 126 metros. Una vez esté finalizada, formará, junto con las torres dedicadas a los cuatro evangelistas, un conjunto arquitectónico.
Para identificar qué evangelista representa a cada torre, se emplearán las siguientes esculturas: la torre de marcos estará coronada por un león alado, la de Lucas por un toro alado, la de Juan un águila y la de Mateo un ángel.
Cabe señalar que en el interior de la Sagrada Familia no hay ni una sola línea recta. Todo está construido imitando a la naturaleza como forma de enaltecer a Dios. El interior recrea un bosque con columnas arborescentes que invitan a los files a la oración.
La última torre estará terminada presumiblemente en 2026. Es la que representa a Jesucristo, y es la más alta, 172 metros, coronada por una cruz. Será la culminación final de un «milagro»; el toque final que hará de esta iglesia el edificio de culto más alto del mundo.