Responsable de comunicación en Indomio España
Cuando pensamos en una mudanza, nos vienen a la mente cajas que mover y abrir, basura de la que deshacernos y nuevas habitaciones que remodelar y ordenar. Tras una mudanza, la limpieza de la casa se convierte en una necesidad absoluta para garantizar un entorno higiénico y acogedor. Pero, ¿por dónde empezar?
¿Qué hacer con todos los objetos y muebles que hay que ordenar? El desorden y la cantidad de trabajo pueden hacer de esta actividad una obligación pesada, así que veamos cómo limpiar la casa después de una mudanza, de forma rápida y sencilla.
¿Por dónde empezar? Ésta es sin duda una de las preguntas que asaltan al final de una mudanza, cuando uno todavía está abrumado por el esfuerzo físico y por los objetos y cajas amontonados en el nuevo hogar.
Para empezar a limpiar, conviene seguir un procedimiento bien definido. Por ejemplo, se puede hacer la limpieza en el siguiente orden:
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En cuanto al suelo, es aconsejable aspirarlo y lavarlo cuidadosamente con detergentes adecuados al tipo de superficie.
Por último, es importante desinfectar las superficies de trabajo y las encimeras de la cocina y el baño, utilizando productos específicos. En cuanto a los sanitarios, duchas y bañeras, es aconsejable limpiarlos primero con una crema limpiadora y aplicar después un desincrustante. Por último, hay que desinfectarlos.
Al hacer una limpieza a fondo, es fundamental eliminar el polvo, las telarañas y la suciedad acumulados durante las obras o reformas (o si la casa lleva mucho tiempo desocupada). Eliminar el «grueso» primero puede aliviar la fatiga y evitar que tengas que empezar de nuevo o levantar la suciedad del suelo al techo. Así pues, es mejor empezar de arriba abajo.
Antes de empezar a limpiar y fregar a fondo, asegúrate de que tienes todos los utensilios y productos necesarios para la limpieza. Por ejemplo:
Con algunos trucos sencillos y prácticos, el trabajo te resultará menos pesado. Esto es lo que tienes que saber antes de limpiar tu nueva casa, y algunas reglas básicas a seguir.
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Una vez analizado el orden ideal para proceder, pasemos a las reglas básicas para una limpieza más organizada y menos agotadora:
El secreto de una limpieza eficaz es limpiar antes de trasladar los muebles. De este modo, tendrás el acceso libre a todas las superficies.
Será más fácil tratar cristales, suelos y otras zonas de difícil acceso antes de que los muebles estén en su sitio.
La fase previa de organización es la clave del éxito de la operación. Por eso es importante organizar un sistema de eliminación de los objetos que ya no se necesitan, reduciendo el número de cajas y embalajes.
Esto eliminará inmediatamente la cantidad de suciedad de la que habrá que ocuparse una vez que te mudes a tu nuevo hogar.
Al comprar muebles nuevos, es aconsejable montarlos después de haber limpiado a fondo las zonas donde se van a colocar. Lo mejor es aplicar detergentes a los muebles recién montados y organizar los artículos en los armarios sólo después de haberlos limpiado a fondo de uno en uno.
Siempre hay que prestar especial atención al baño, la cocina y los sótanos.
Estas estancias de la casa requieren una limpieza profunda para garantizar la higiene y una limpieza regular y periódica.
Cuando seas consciente de que no puedes hacerlo tú, lo mejor es que no dudes en pedir ayuda a familiares, amigos o a una empresa de limpieza profesional. Un guardamuebles puede ser útil para almacenar temporalmente objetos voluminosos y facilitar las operaciones de limpieza.
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Acompañar los deberes con placeres es casi siempre una estrategia ganadora para que las labores se lleven mejor, combinando lo útil con lo que te gusta.
He aquí algunos trucos para tener ganas de limpiar la casa, sobre todo cuando hay mucho trabajo de por medio, como es el caso de una mudanza: