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Responsable de comunicación en Indomio España
Empezaremos dejando claro que, con un solo mes impagado, el propietario de una vivienda puede echar a su inquilino, siguiendo las vías legales necesarias. Sin embargo, ¿a partir de qué día podemos considerar que existe un impago? Esto dependerá de lo establecido en el contrato, así que veamos a continuación las distintas posibilidades.
Lo habitual es que en los contratos de alquiler se establezca el pago del día 1 al 5 del mes, o del día 1 al 7 (salvo que el contrato no haya empezado a día uno). Sin embargo, arrendador y arrendatario pueden acordar otra cosa como, por ejemplo, un plazo de 10 o 15 días. Por tanto, se considerará un retraso en el pago cuando no se efectúe en el periodo acordado.
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Este retraso es en realidad un incumplimiento de contrato por lo que, como propietario, podrías demandar al inquilino y solicitar su desahucio (salvo que en el contrato se establezca otra cosa, como un plazo de varios meses de impago).
Cuando se produce un impago, lo habitual no es recurrir directamente a las vías legales, sino tratar de solucionarlo de forma sencilla y pacífica, recuperando el dinero pendiente. Por tanto, lo mejor que puedes hacer si un inquilino no te paga es enviarle un burofax reclamando la deuda, de tal forma que quede constancia del problema, dando la oportunidad de solucionarlo si ha sido tan solo un problema puntual.
En caso de que el inquilino no responda al burofax ni pague el importe, se dará por hecho que no tiene intención de solventar la deuda. Sin embargo, si está dispuesto a pagar y la deuda se ha contraído por un problema puntual, podéis establecer un plan de pagos y volver a la normalidad.
Otra opción es denunciar directamente al inquilino en el momento que se comete el impago. Si no paga, se procederá al desahucio y si lo hace, no se le echará, aunque tendrá que asumir los costes legales.
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El 27 de diciembre de 2023, el Gobierno amplió la suspensión de los desahucios para hogares vulnerables, que estará activa, al menos, hasta diciembre de 2024. Esto significa que existen personas a las que no se podrá en principio desahuciar, a pesar de que incumplan sus obligaciones de pago. Estos casos excepcionales son:
Con todo lo anterior, queda de manifiesto la importancia de revisar lo establecido por contrato antes y después de firmarlo, tanto por el arrendador como por el arrendatario, para tener claras cuáles son las obligaciones, cuál es el plazo para pagar el alquiler y qué medidas pueden tomarse en caso de impago.
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