Responsable de comunicación en Indomio España
En 2010, la Unión Europea aprobó la Directiva de Eficiencia Energética en edificios (EPBD), cuya última revisión se llevó a cabo en 2021. Esta Directiva se centra en el nivel de eficiencia energética de los edificios, algo que afecta en gran medida a las construcciones españolas, ya que muchas de ellas son antiguas y suelen tener, por lo general, certificados energéticos bastante deficientes. Es decir, que plantean un mayor consumo de energía.
Conozcamos mejor en qué consiste esta Directiva, cuáles son sus plazos de implementación y cómo podría afectar a los propietarios en España.
La descarbonización y el ahorro de energía es una preocupación cada vez mayor para las personas y los organismos y, la energía consumida por los edificios y hogares supone un gran porcentaje del total de energía. Por ello, la Unión Europea establece, con la Directiva de Eficiencia Energética, un plan para renovar aquellos edificios con una calificación energética más deficiente y alcanzar, poco a poco una mayor eficiencia.
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Esta mejora energética implica, por un lado, un foco en las nuevas construcciones que deben de ser cada vez más responsables energéticamente y, por otro, sobre los edificios que ya existen. Y es en este punto donde España puede encontrar grandes dificultades.
Algunos de los plazos para aplicar la EPBD en edificios no residenciales:
Los edificios residenciales con peor eficiencia también tendrán que renovarse en un 16% para 2030 y entre el 20 y el 22% para 2035, por lo que se trata de un plazo algo más holgado.
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Algunos países europeos ya están tomando medidas específicas para alcanzar estos ambiciosos objetivos.
En Italia, por ejemplo, han lanzado un Superbonus, que ofrece reducciones fiscales a los propietarios de las casas para gastos relacionados con las renovaciones para mejorar la eficiencia energética.
En países escandinavos como Suecia o Dinamarca, lo cierto es que ya son líderes en eficiencia energética en los hogares, por lo que son un ejemplo a seguir para el resto de Europa.
Por su parte, Bulgaria y Rumanía se enfrentan a esta regulación con un PIB per cápita mucho más reducido al de otros vecinos europeos, un gran porcentaje de edificios antiguos y una serie de problemas burocráticos por los que seguramente necesitará un apoyo extra de la UE para alcanzar los objetivos.
En España, todavía estamos pendientes de conocer medidas más específicas en esta dirección, que faciliten el cumplimiento de objetivos de nuestro país.
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