Colaboradora de Indomio.es/news
Después de un largo día de trabajo o haciendo recados de todo tipo, tumbarse en una cama con sábanas limpias y perfumadas y nuevas fundas de almohada, es un lujo al que muchos aspiran. Sin embargo, cuando llega el día de la semana dedicado a la limpieza, el cambio de ropa de cama, muchas veces pasa desapercibido, dando por sentado que su blancura durará mucho tiempo y no está sujeta a problemas relacionados con ácaros y bacterias. Craso error.
Acostarse en la cama con ropa adecuada, como un pijama o un camisón, no es menos peligroso -en términos de higiene- que entrar en casa con los zapatos sucios. Quienes pagan las consecuencias, entonces, son las fundas de almohada, que no tienen ninguna barrera entre la piel y el tejido, como ocurre con otras partes del cuerpo.
Para entender con qué frecuencia se deben cambiar las fundas de las almohadas, es importante centrarse en lo que estas últimas realmente acumulan y retienen cada día. De hecho, la piel, especialmente durante la noche, libera células muertas, sebo, restos de maquillaje y contaminantes, a los que se añaden mocos y saliva, todos ellos acumulados en las fibras de las fundas de las almohadas y posteriormente se deposita en la cara.
También hay que lidiar con los ácaros del polvo, que se alimentan de las células muertas de la piel que se han acumulado en la almohada con el tiempo. Donde hay ácaros, también están sus excrementos. Por tanto, la mejor forma de afrontar estos problemas es cambiar las fundas de las almohadas con frecuencia. ¿Con qué frecuencia? Al menos una vez por semana.
Si no respetas el cambio semanal, los riesgos son otros: podrías desarrollar alergias a los ácaros, contraer infecciones, como la conjuntivitis, y/o transmitirlas a otras partes del cuerpo. Sin embargo, ésta no es la única consecuencia posible. Dormir sobre fundas de almohada sucias es especialmente riesgoso para las personas con piel sensible o propensa al acné, ya que puede obstruir los poros, provocando acné e irritación de la piel.
Para mantener tu cama limpia, es necesario que establezcas un horario de cambio: puedes decidir cambiar completamente la ropa de cama cada 10-14 días , pero las fundas de las almohadas debes cambiarlas cada 7 días. La suciedad a menudo no es visible únicamente a simple vista. Si cuando miras con atención las fundas de las almohadas no parecen sucias, necesitarás olerlas. Si desprenden mal olor, seguramente habrá que cambiarlos. Esto, entonces, será aún más importante si en la misma cama duerme más de una persona o si hay mascotas en la casa .
El método de lavado de las fundas de almohada depende del tipo de tejido. Si las fundas de almohada son de seda o raso, es recomendable lavarlas a mano. Si son de algodón, podrás meterlos fácilmente en la lavadora junto con otras prendas del mismo material y color. Si es así, asegúrate de lavarlos al menos a 40 grados. Si sufres de alergia a los ácaros lo mejor es utilizar una temperatura de 60 grados .