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Responsable de comunicación en Indomio España
Por fin ha llegado el verano, que trae consigo días largos y soleados, una irresistible nostalgia del mar y, por desgracia, también un pequeño inconveniente: el calor por la noche. Seguro que alguna vez has dado vueltas en la cama, soñando desesperadamente con un poco de frescor. Aquí tienes una guía práctica para convertir tu cama en un oasis de frescor, para noches de sueño reparador incluso en los veranos más calurosos.
Hay algunos pequeños trucos que conviene seguir para dormir bien cuando hace calor. El primero de ellos tiene que ver con el estilo de vida: es absolutamente necesario beber mucha agua, hacer comidas ligeras con fruta, verdura o carne blanca, evitar el tabaco, la cafeína y las bebidas estimulantes y dejar pasar al menos un par de horas desde las comidas antes de acostarse.
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Además de adoptar un estilo de vida adecuado, puedes recurrir a algunos trucos que facilitan el sueño en verano. No duermas desnudo, aunque el calor sea abrasador: en su lugar, ponte ropa cómoda y ligera, como una simple camiseta o un pijama de algodón, evitando los materiales sintéticos.
Intenta ventilar el dormitorio antes de acostarte, pero utiliza el aire acondicionado con precaución (perfecto en modo deshumidificador), sin dejar que la temperatura baje de 19°. Como mucho, haz funcionar un ventilador, preferiblemente en el modo de aspas de techo, y crea un ambiente oscuro y silencioso.
Más allá de todas las sugerencias vistas hasta ahora, lo realmente crucial para la calidad del sueño es la cama, que siempre debe ser cómoda. Pero, ¿cómo refrescarla? En primer lugar, elige la ropa de cama adecuada y opta por sábanas de algodón o lino o, al menos, de tejidos transpirables, que ayudan a disipar el calor corporal. Refresca también el colchón con toppers de gel y recurre a técnicas refrescantes.
Un truco sencillo pero eficaz es meter las sábanas y fundas de almohada en una bolsa de plástico y luego en el congelador durante unos minutos antes de acostarse, o convertir la bolsa de agua caliente en una bolsa de hielo, que se congela y se lleva debajo de las sábanas.
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Si todas estas sugerencias no son suficientes, recuerda que también existen otros remedios contra el calor. La primera regla viene del mundo del deporte y es la descompresión: intenta llegar a la cama sin el cansancio del ejercicio que has hecho durante el día y tómate un descanso completo, sin ninguna actividad motora, antes de acostarte. Mantén apagados el televisor y todos los aparatos electrónicos. Regálate un baño de pies con agua fría y todo tu cuerpo te lo agradecerá.
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