Responsable de comunicación en Indomio España
Cuando compras una vivienda nueva, debes de tener en cuenta que antes de entrar a vivir tienes que dar de alta la luz y que este proceso puede tardar un tiempo, así que es mejor hacerlo con algo de margen para asegurarte de que, llegado el día, cuentas con suministro eléctrico en el hogar.
Veamos a continuación cómo dar de alta la luz en una vivienda nueva y qué diferencias tiene con un cambio de contrato normal.
Una de las principales diferencias entre dar de alta la luz por primera vez y simplemente cambiar el titular en una casa que ya tiene luz, es el coste. El alta puede conllevar pagos de hasta 40 euros por la activación del suministro, por lo que es un gasto a tener en cuenta.
Además, como ya comentábamos, el proceso no es inmediato sino que lleva más tiempo que un simple cambio de titular.
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Los datos y documentos que te solicitarán para dar de alta la luz serán tu DNI (o el de la persona que vaya a ser titular), la dirección exacta de tu nueva casa, las escrituras de la propiedad, el número de cuenta bancaria en el que se domiciliarán los cargos, el boletín eléctrico y la potencia que quieres contratar.
Para obtener este documento, tendrás que contar con un instalador autorizado que apruebe la instalación, aunque también es posible que te lo faciliten desde la promotora o constructora de la vivienda.
La potencia, en kW, es algo que debes de elegir y comunicar a la compañía eléctrica. Para tomar esta decisión debes de tener en cuenta si tienes calefacción eléctrica o de gas, si tu agua caliente funciona con termo o con caldera, si hay instalación de aire acondicionado, etc. Cuántos más elementos y aparatos de la casa dependan de la electricidad, más kW tendrás que contratar.
Si contratas menos potencia de la que necesitas, lo más probable es que la luz salte cuando conectes varios aparatos al mismo tiempo, así que es importante tener esta información en cuenta. La potencia de la luz puede modificarse y aumentarse más tarde, pero el cambio suele conllevar un coste.
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Teniendo en cuenta todo lo anterior, llega el momento de elegir la comercializadora de luz que más te convenga y, dentro de esta, el tipo de contrato (por ejemplo, existen contratos nocturnos o con fines de semana más baratos, contratos en los que los precios varían libremente, etc.).
Lo más habitual es que puedas hacer los trámites tanto por teléfono como de manera presencial, así que, con toda la documentación, elige la opción que más te convenga. A continuación, tendrás que pagar los gastos que conlleve el alta: enganche, acceso y extensión. También pagarás el alta de suministro.
Cuando des de alta la luz obtendrás un número CUPS que será el identificador de tu suministro durante toda la vida de la vivienda, así que tenlo siempre a mano para realizar trámites o gestionar incidencias (para cambiar de compañía o de titular, por ejemplo, te pedirán este número). En cualquier caso, el número CUPS suele encontrarse en las facturas, por lo que es fácilmente identificable.