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Responsable de comunicación en Indomio España
Sentarse cómodamente en el sofá, delante de una televisión encendida todo el día o toda la noche, puede ser relajante, pero cuando llega la factura de la luz, también hay que contar con hábitos no tan cómodos, entre otras cosas porque el televisor siempre encendido puede provocar trastornos del sueño.
Veamos, por tanto, cuánto consume un televisor encendido durante mucho tiempo y en qué medida afecta a la factura.
El televisor es uno de los aparatos domésticos que más energía consume. De media, es el tercer electrodoméstico que más energía gasta, precedido por el aire acondicionado (en primer lugar, pero que usamos más en verano), y el frigorífico (indispensable para almacenar alimentos todo el año).
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Sin embargo, el consumo medio no incluye los sistemas conectados al televisor, como por ejemplo, consolas, PC o sistemas estéreo para el efecto cine.
Para calcular cuánto consume una televisión encendida, hay que tener en cuenta la potencia del aparato, que oscila entre un mínimo de 50 W (televisor pequeño o mediano) y un máximo de 600 W.
Sin embargo, ésta no es la única variable a tener en cuenta, ya que el modelo y la resolución también son importantes. Un televisor LCD no muy grande de 32 pulgadas consume una potencia máxima de 130 W, lo que supone un gasto de unos 5 euros al mes manteniéndolo encendido 8 horas al día (60 euros al año), que es el tiempo máximo de exposición sugerido por los expertos.
Cuanto más avanzada sea la tecnología y más alta la clase energética, menos energía consumirá la televisión encendida.
Además de las horas de televisión encendida cada día, para un cálculo más exacto de la factura hay que incluir el stand-by de los electrodomésticos, es decir, esa lucecita roja que indica el estado de reposo del aparato. Esa luz consume realmente energía.
En el caso del televisor, estamos consumiendo una media de 26 kW al año, lo que repercute en el consumo de la factura hasta un 10/15% del total en un año.
Si el televisor no se usara más de 8 horas al día, pero dejáramos la luz siempre roja, tendríamos que ingresar otros 6 euros de consumo en un año.
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Si mantenemos encendido 8 horas al día un televisor mediano o pequeño, de tecnología LCD avanzada, gastaremos 5 euros al mes en electricidad, lo que supone unos 16 céntimos al día, o 0,02 céntimos por hora.
Si lo dejamos encendido toda la noche, mientras nos dormimos, tendríamos que añadir otros 16 céntimos al día, es decir, otros 5 euros al mes, que se convierten en 10, y eso son 120 euros en la factura de un año.
Por tanto, si nos centramos en cuánto consume la televisión encendida todo el día, hablamos de casi 50 céntimos cada 24 horas. En ese caso, la factura anual ascendería a 175 euros. Si además consideramos el stand-by, es fácil llegar a los 200 euros.
Los aparatos tecnológicos no sólo suponen un gasto para la factura, sino también para el medio ambiente, que sufre un doble impacto: la producción de energía y la eliminación de residuos, sobre todo hoy en día, cuando la tecnología está muy obsoleta.
Unos simples hábitos de comportamiento bastan para aligerar el impacto. En el caso de la televisión podemos:
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