Responsable de comunicación en Indomio España
El precio de una casa no depende solo de los metros cuadrados o de la zona en la que se encuentra, sino que en esta ecuación entran muchos otros factores como el estado de la vivienda, si tiene zona exterior, la distribución y, por supuesto, si tiene o no ascensor. Un elemento que llena de comodidad nuestras vidas y que, especialmente en plantas altas, puede ser imprescindible para muchas personas.
Veamos cómo influye el ascensor en el precio de una casa, tanto positiva como negativamente, así como en los posteriores gastos de la vivienda.
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A la hora de adquirir una vivienda no solo es importante la existencia de un ascensor sino si existe el espacio viable para colocar uno. Por ejemplo, puede que una persona joven no tenga inconveniente en vivir en un piso sin ascensor, pero con los años podrían necesitarlo y, si es imposible colocarlo, tendrían que cambiar de vivienda. Por tanto, la posibilidad de instalarlo o los planes para hacerlo por parte de la comunidad son importantes.
De hecho, si hay proyecto de instalar un elevador, el piso podría revalorizarse enormemente tras la compra y una vez terminada la obra.
Como es lógico, no es lo mismo vivir en un primero sin ascensor que en un cuarto o un quinto. Por tanto, la pérdida de valor de una vivienda por no tener ascensor es mayor cuantas más plantas subamos. Esta pérdida de valor podría alcanzar el 30%, pero es difícil hablar de cifras exactas ya que hay muchos factores que influyen a la vez.
En cualquier caso, la antigüedad del elevador también será decisiva, ya que si se prevé una derrama para cambiar la instalación el inmueble podría perder valor ya que se trata de una alta inversión.
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Sin embargo, un piso sin elevador puede tener una pequeña ventaja para aquellos que adquieren vivienda como inversión.
Si el objetivo es comprar una vivienda para alquilar, es posible que el inversor vea como una ventaja la disminución de los gastos de comunidad. Al adquirir una vivienda sin ascensor, no tendrá que hacerse cargo de los costes de mantenimiento o posibles averías producidas en el mecanismo. Además, este tipo de comprador suele preferir inmuebles con costes bajos, que conceden habitualmente una buena rentabilidad.
Como hemos visto, la decisión dependerá tanto de la situación del comprador como de los planes futuros del edificio. No será lo mismo para un inversor que para alguien que desea vivir en el inmueble y tampoco será igual según el número de plantas, la edad, las condiciones físicas o las posibilidades de instalarlo en un futuro. Lo que es seguro es que puede obtenerse un gran ahorro, especialmente cuando hablamos de las plantas más altas.