Responsable de comunicación en Indomio España
Ayer, 9 de julio, el Banco de España publicó su informe semestral sobre la situación financiera de los hogares y las empresas, que nos deja datos interesantes sobre la situación de los préstamos e hipotecas en nuestro país y la preocupación por el acceso al crédito de los jóvenes. Según esta entidad, existe cierto deterioro en la calidad de los préstamos que hay que vigilar de cerca. Aunque, en el lado positivo, en los últimos meses ha aumentado en general la concesión de préstamos.
En 2002, el porcentaje de jóvenes con una hipoteca se situaba alrededor del 45%, una cifra elevada que tiene sentido, ya que estos años son los más propicios para formar un hogar, comprar la primera vivienda y poder asumir préstamos a muchos años vista. Sin embargo, estas cifras han tendido a la baja hasta el punto de reducirse hasta el 20% en 2022: cada vez hay menos jóvenes con una vivienda propia, problema que genera una gran preocupación.
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Ante esta dificultad de los jóvenes, muchas veces dada por la poca capacidad de ahorro, el gobierno ha puesto en marcha iniciativas como los avales ICO para la vivienda, que permiten comprar un piso aún sin disponer del 20% de la entrada.
Otro dato interesante es que, mientras que en el pasado los jóvenes eran los responsables del 40% de la deuda, hoy son los mayores quienes concentran un mayor volumen. De hecho, los mayores de 45 años han pasado de suponer un 20% del crédito a triplicar esta cifra hasta el 60%.
Pero este dato no solo se explica por un menor acceso de los jóvenes a la vivienda, sino también por una pirámide poblacional envejecida que hace que, por volumen de personas, este dato tenga sentido. Cada vez hay menos proporción de hogares jóvenes, los baby boomers son el grupo de edad predominante y cada vez aumenta más la edad de emancipación.
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Si miramos hacia las buenas noticias, veremos como las rentas aumentaron en 2024, gracias a las mejoras en el empleo y los salarios. Evolucionan positivamente el número de personas con empleo, así como la cantidad de ingresos que percibe cada una de ellas. Esto provoca una reducción en las desigualdades respecto a la renta y un crecimiento de la renta bruta disponible.
Con todo esto, no solo se estimula ligeramente el consumo, sino que los mayores efectos son sobre el ahorro: estamos batiendo récord, por encima de la media histórica y nuestra tasa de ahorro crece a mayor velocidad velocidad que en el área del Euro, aunque seguimos ligeramente por debajo de la media.
Un punto interesante a tener en cuenta en la evolución de las hipotecas son los tipos de interés, estables en los últimos meses tras una serie de importantes subidas. Esto pudo ralentizar la concesión de préstamos, que poco a poco se recupera y vuelve a la senda positiva.
No olvidemos que, en su último reunión, el Banco Central Europeo anunció una leve bajada de los tipos, con la que se han relajado ligeramente las condiciones para acceder a las hipotecas, aunque el coste de la financiación sigue siendo alto. Estos elevados intereses provocan también más amortizaciones, disminuyendo la cantidad de dinero financiado, aunque aumente el número de firmas de hipotecas.
Preocupa desde el Banco de España que esta relajación en las condiciones para conceder préstamos provoque también un deterioro en la calidad, ya que se observa un aumento de los préstamos problemáticos que habrá que vigilar (con un aumento del 5,3% entre septiembre de 2023 y marzo de 2024 y un aumento del 9,7% hasta junio de 2024).