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Responsable de comunicación en Indomio España
Recibir en herencia una parte de una propiedad, como una vivienda familiar, es algo habitual, aunque a veces vivir en régimen de propiedad compartida puede resultar complicado. En estos casos, ¿es posible vender una parte de una casa heredada?
La respuesta es sí, pero la ley impone condiciones específicas para proteger los derechos de los demás coherederos.
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Cuando varias personas heredan la misma propiedad, se crea una comunidad hereditaria. Cada uno de los herederos se convierte en propietario de una parte de la casa heredada, aunque no tiene derechos exclusivos sobre habitaciones o zonas concretas. En otras palabras, cada heredero posee una parte de toda la propiedad, y las decisiones deben tomarse de acuerdo con los demás copropietarios.
Cuando se pretende vender la parte de la casa heredada a un tercero, el vendedor debe notificar a los demás coherederos las condiciones de la venta, incluido el precio. A partir de ese momento, podrán ejercer el derecho de tanteo. Es decir, que podrán comunicar al vendedor su deseo de comprar la parte de la casa heredada en las mismas condiciones.
Si varios coherederos desean ejercer el derecho de tanteo, la acción se reparte a partes iguales entre ellos. Sin embargo, si la venta se realiza directamente a un coheredero, no se aplica el derecho de tanteo y no es necesario notificarlo a los demás herederos.
Si deseas vender tu parte de la herencia, tienes dos opciones: transferirla a un coheredero o a un no coheredero.
En el primer caso, puedes proceder como en una venta normal. Pero si decides vender a una persona ajena a la comunidad hereditaria, la ley protege a los demás coherederos mediante el derecho de retracto. Según el artículo 1.066 del Código Civil, si los herederos no fueron notificados de la venta de una parte de una casa heredada, tendrían 9 días para recuperarla y adquirir esta cuota vendida, ejerciendo su derecho de tanteo.
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Los gastos de venta de una participación hereditaria varían en función del valor del bien y de la participación vendida. Normalmente, el vendedor debe pagar impuestos como la plusvalía municipal y el IRPF sobre la ganancia patrimonial.
También hay que tener en cuenta los impuestos de sucesión, que son necesarios para convertirse formalmente en propietario del inmueble y que varían en función de la Comunidad Autónoma.
Si el heredero no desea obtener una ganancia de su participación, puede optar por donarla a otro coheredero, liberándose así de cualquier obligación relacionada con la propiedad. Sin embargo, también en este caso existen impuestos sobre donaciones.
La venta de una parte de una casa heredada es posible y ofrece una solución a quienes prefieren monetizar el bien en lugar de conservarlo. Sin embargo, es esencial respetar los derechos de los coherederos.
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