
Responsable de comunicación en Indomio España
Quien no haya recorrido alguna parte del Camino de Santiago, seguro que conoce a una persona que lo haya hecho y que le haya transmitido las ganas de ponerse a prueba, mochila al hombro y piernas dispuestas.
Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre el Camino de Santiago antes de emprender tu viaje.
LEE TAMBIÉN: Descubre la Catedral de Santiago de Compostela
La peregrinación es hoy una ruta a pie que cada cual experimenta a su manera, adentrándose en la dimensión religiosa, viviéndola como un viaje aventurero, buscando el aspecto espiritual que le es más afín o simplemente con un gran deseo de compartir y desafiarse físicamente.
Sin embargo, el Camino de Santiago era originalmente una peregrinación a la catedral de Santiago de Compostela, que alberga los restos del apóstol Santiago.
Hoy en día, el Camino de Santiago, que atraviesa toda España, es una de las peregrinaciones cristianas más famosas del mundo, recorrida cada año por más de 400.000 peregrinos de todo el mundo.
La ruta más famosa, conocida como Camino Francés porque comienza en Francia, es sin duda la más popular a nivel internacional, pero no la única que se puede seguir.
Generalmente, quienes hablan del Camino de Santiago se refieren al Camino Francés, la ruta más conocida que atraviesa España de este a oeste. Los itinerarios a pie que conducen a Santiago de Compostela, en Galicia, son variados y se pueden empezar en distintos puntos.
Van de este a oeste, pero también de sur a norte. Las más famosas son:
Finalmente, tras llegar a Santiago, se puede prolongar el viaje hasta Finisterre alcanzando el Océano Atlántico.
Como ya se ha dicho, el más popular sigue siendo el Camino Francés, que, en el imaginario común, coincide con el Camino de Santiago tout court. Tiene 800 km divididos en 30 etapas, todas ellas marcadas por la famosa flecha o concha amarilla. Recorrerlo en su totalidad llevaría de media un mes.
LEE TAMBIÉN: Playa de las Catedrales, paraíso natural en Galicia
Sin embargo, cada peregrino decide cómo articular su viaje, cuántos kilómetros recorrer cada día y, sobre todo, desde qué punto comenzar. Quienes no disponen de un mes deciden recorrer sólo el tramo final que comienza en León, a unos 300 km de Santiago. Se completa en poco más de una semana.
También hay quien decide recorrerlo por partes, año tras año, hasta terminarlo todo
Al final de la caminata se puede solicitar la Compostela, una auténtica licencia de peregrino. Es un certificado que acredita la peregrinación y se concede a quienes han caminado al menos 100 km o recorrido 200 km en bicicleta. También puede hacerse a caballo.
Para demostrar que se ha caminado la distancia mínima exigida, hay que mostrar la Credencial del Peregrino, una especie de pasaporte en el que se pueden estampar sellos a lo largo del camino, por ejemplo en los albergues y bares. La Credencial se recoge el primer día de la caminata en las oficinas locales encargadas o en los albergues desde los que se parte.
Todos los caminos que conducen a Santiago están dotados de una densa red de alojamientos para garantizar a los peregrinos una noche de hospedaje. A lo largo de la ruta encontrará albergues municipales y hostales gestionados por la Iglesia o por particulares, pero también hoteles clásicos y habitaciones de alquiler.
Casi todos se pueden reservar con antelación. Generalmente se duerme en dormitorios con otros peregrinos y las instalaciones son espartanas, pero eso forma parte de la experiencia.
Tanto si se emprende solo como si se hace con compañeros o se encuentran amigos a lo largo del camino, el Camino de Santiago es una experiencia de autodescubrimiento porque ofrece la oportunidad de un diálogo íntimo, en un tiempo suspendido, sin la monotonía de la vida cotidiana. Uno sólo se preocupa de respirar, caminar, comer y dormir (o incluso de hacer la colada cada noche). No es casualidad que se defina como un viaje interior, incluso más que como una experiencia de caminar.
LEE TAMBIÉN: Patrimonio de la Humanidad en España: Galicia
Preparar la mochila que se va a llevar ya forma parte del propio viaje. Como norma general, se aconseja no superar el 10% del peso corporal y llevar sólo tres mudas completas, un par de zapatillas para la noche, un saco de dormir o de sábanas, según la estación, y lo imprescindible para la higiene.
También necesitarás una botella de agua grande para rellenar a lo largo del camino. Con todo esto listo sólo queda decir una cosa: ¡buen viaje!