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Responsable de comunicación en Indomio España
La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, situada en Washington D.C., ostenta un récord: es la biblioteca más grande del mundo.
Con sus vastos y diversos fondos, es un bastión de la cultura y el conocimiento humanos, que ofrece acceso a millones de documentos e innumerables obras de arte.
La Biblioteca del Congreso (Library of Congress, LOC) se creó en 1800 mediante una Ley del Congreso firmada por el Presidente John Adams. La decisión se tomó al mismo tiempo que se decidió trasladar la sede del Gobierno a Washington (hasta entonces había estado situada en Philadelphia).
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Inicialmente, sus fondos se limitaron a conservar textos útiles para el Congreso. Sin embargo, en 1815, la donación de la colección personal de Thomas Jefferson, compuesta por 6.487 volúmenes, marcó un punto de inflexión, ampliando enormemente el horizonte de la biblioteca a todas las áreas del saber humano.
La historia de la Biblioteca del Congreso está marcada por dos grandes incendios. El primero, en 1814, provocado por tropas británicas, destruyó unos 3.000 volúmenes. El segundo, en 1851, causó la pérdida de 35.000 libros e importantes retratos, entre ellos uno de Cristóbal Colón.
Estos traumáticos sucesos no detuvieron el crecimiento de la biblioteca, que se recuperó cada vez gracias a nuevas compras y donaciones.
En la actualidad, la Biblioteca del Congreso alberga más de 173 millones de documentos, entre ellos más de 28 millones de libros catalogados en 470 idiomas, 50 millones de manuscritos y la mayor colección de libros raros de Norteamérica, incluida una valiosa Biblia de Gutenberg.
También alberga el primer libro impreso en la América británica en 1640, «The Bay Psalm Book». Además, cuenta con la mayor colección del mundo de material jurídico, películas, mapas, partituras musicales y grabaciones sonoras.
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La Biblioteca del Congreso ocupa tres edificios principales en Washington: el Edificio Thomas Jefferson, el Edificio John Adams y el Edificio James Madison Memorial.
El edificio Thomas Jefferson, inaugurado en 1897, es el más imponente y un ejemplo de la magnificencia de la arquitectura Beaux-Arts. El edificio John Adams, inaugurado en 1938, y el edificio James Madison Memorial, terminado en 1981, completan el conjunto de la biblioteca, cada uno con su propia especificidad arquitectónica y funcional.
La LOC no solo es la biblioteca más grande del mundo, sino que ha desarrollado su propio sistema de clasificación de bibliotecas, conocido como Clasificación de la Biblioteca del Congreso, que ha sido adoptado por muchas bibliotecas universitarias y centros de investigación de Estados Unidos. Este sistema es complementario de la Clasificación Decimal Dewey, que todavía utilizan muchas bibliotecas públicas.
La Biblioteca del Congreso actúa como depósito legal para la protección de los derechos de autor en Estados Unidos. Cada día recibe aproximadamente 22.000 nuevas obras publicadas en el país, de las que sólo una fracción se conserva en las colecciones permanentes.
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La biblioteca está abierta al público y ofrece una amplia gama de recursos digitales accesibles a través de su sitio web, American Memory. Entre ellos figuran millones de objetos digitales, como imágenes, documentos sonoros y vídeos.
Además de servir a los miembros del Congreso y a su personal, la biblioteca más grande del mundo desempeña un papel vital en la preservación de la historia y la cultura de Estados Unidos y del mundo.
Con programas como el Servicio Nacional de Bibliotecas para Invidentes y Discapacitados Físicos, la Biblioteca garantiza el acceso a la información a un amplio abanico de usuarios. Además, administra un archivo en línea de las actas del Congreso y las leyes de Estados Unidos, poniendo estos recursos a disposición de investigadores y ciudadanos.
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