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La Catedral de Salamanca guarda algunos secretos en sus bonitas fachadas, entre los que encontramos un astronauta. Descubre por qué se talló esta figura, desde las teorías y conspiraciones hasta su historia real. Aquí te desvelamos esta pequeña incógnita, junto con la historia de la Catedral y otras figuras curiosas. Por cierto, ¿sabías que hay dos catedrales en Salamanca?
Aunque pueda sonar extraño, Salamanca tiene dos catedrales, aunque ambas están unidas ya que la Catedral Nueva se apoya sobre la vieja. Esta Catedral Vieja es de estilo románico y data del siglo XII. En ella encontramos el bonito Retablo Mayor, la Capilla de San Martín o La Capilla de Santa Bárbara.
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Esta última tiene una peculiaridad y es que hubo un tiempo en que la Catedral se usaba también para asuntos de la Universidad y los exámenes finales se llevaban a cabo en la Capilla de Santa Bárbara.
En 1513 se decidió construir una nueva catedral para sustituir a la vieja, conocida hoy como la Catedral Nueva de Salamanca. Sin embargo, la original no se destruyó, pues se tomó la decisión de utilizarla mientras duraran las obras de la Catedral Nueva, cosa que sucedió unos 200 años después.
Sin embargo, terminadas las obras, cambiaron de opinión y decidieron dejar en pie ambas catedrales. De hecho, la Catedral Nueva de Salamanca se apoya sobre el muro norte de la vieja.
Y un dato más: esta Catedral es la más alta de España, con 110 metros de altura.
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Aunque es cierto que el astronauta está en la Catedral Nueva, lo cierto es que ésta no es tan actual como para albergar un astronauta tallado. De hecho, las teorías conspiratorias indicaban que este astronauta pudiera ser una suerte de visión del futuro por parte de los renacentistas y, si no conoces la realidad, parece que no hay otra explicación.
La realidad es bastante más sencilla y quizá un poco aburrida, aunque no deje de ser especial esta talla en una catedral del 1513. La figura es obra de Miguel Romero y se talló durante la restauración de la Catedral en 1992, año en el que ya tiene algo más de sentido encontrar un hombre espacial. La idea era dejar en la portalada una pequeña muestra de que toda esa zona había sido renovada y este es el verdadero secreto.
Lo curioso es que el astronauta sea la figura más conocida, porque hay otra, muy cerca de él, casi más perturbadora: un dragón sonriente comiendo un helado (con su cucurucho y sus dos bolas).
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Para ver la figura, tendrás que ponerte de frente a la Puerta de Ramos de la Catedral de Salamanca y, a la izquierda de la puerta, encontrarás tallado a este hombre vestido con traje espacial.
Aunque pueda parecer sorprendente, la Catedral de Salamanca no es la única que tiene secretos escondidos en forma de figuras extrañas: desde un Darth Vader en la Catedral de Washington a un gremlin en Belén o un alien en la Abadía de Paisley, nuestro pequeño astronauta no está solo.