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Colaboradora de Indomio.es/news
El 17 de enero de 2024 es el Día Mundial de la Pizza, sin duda uno de los platos italianos más famosos, apreciados y consumidos en el mundo.
El origen se remonta a las antiguas culturas de Egipto, Persia, Grecia y Roma. El uso del pan de trigo dio origen entre otros a la creación de panes planos que cubrían con tomate, queso y especies.
Se dice que la pizza se inventó en el sur de Italia hace más de 2.000 años. Concretamente, en los barrios más humildes de la ciudad de Nápoles, donde se consumía una especie de pan recién sacado de un fogón de leña desde principios del siglo.
Algunos aseguran que, mucho antes de que Italia la convirtiera en una pieza indispensable de su cultura, la idea de la pizza nació en el Antiguo Egipto, durante el siglo VI a.C.
En la dinastía de Darío I el Grande, tercer rey de Persia, los soldados persas se alimentaban de un pan plano que acompañaban de queso fundido con dátiles. Por otro lado, las tropas romanas comían algo muy parecido a las actuales focaccias, de origen etrusco.
Hay teorías que señalan que en la Antigua Grecia también solían prepararse masas de este tipo, elaboradas con distintos cereales. Estas se extendían hasta conseguir un pan similar a las cocas mediterráneas, al que se añadían condimentos.
Creada en 1889 con motivo de la visita oficial de la reina Margherita di Savoia y su marido Umberto I a la ciudad de Nápoles. Alojados en el palacio real de Capodimonte, pidieron probar la gastronomía local. El pizzaiolo más afamado de Nápoles, Raffaele Esposito, preparó para ellos varias pizzas. La preferida de la reina fue la compuesta por salsa de tomate, mozzarella y una ramita de albahaca. Además de ser la primera pizza a la que se le añadió queso, sus ingredientes conformaban los colores de la recién estrenada bandera italiana (rojo, blanco y verde).
Esposito bautizó a su pizza como Margherita, y la monarca agradecida otorgó el sello real a su restaurante, Brandi. Aún hoy en día podemos ver la placa en la entrada de este restaurante napolitano qué si bien cambió de dueños, sigue sirviendo pizza a sus comensales.
El 17 de enero es también el día dedicado a San Antonio Abad, según la tradición, guardián del fuego y protector de quienes están en contacto con las llamas, como los pizzeros.
Además, su figura siempre ha tenido mucha relación con la agricultura, ya que contaba con gran devoción entre labriegos y campesinos, quienes llevaban a sus animales de trabajo a bendecir para protegerles de posibles accidentes y enfermedades.
Así que no te extrañará que un santo tan vinculado con los animales, el campo y el trabajo de la tierra sea el elegido para celebrar la comida italiana, una cocina fundamental de la gastronomía mediterránea, cuya dieta fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010.
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