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Estás paseando tranquilamente por las colinas de Cataluña, cuando de repente, en las aguas de un lago, ves aparecer un campanario. Pues bien, te encuentra justo delante de la iglesia de Sant Romà de Sau, aunque parezca irreal.
Al igual que el famoso campanario de Curon, en el lago Resia, en Italia (una Iglesia en la que incluso está ambientada una serie de Netflix), esta iglesia también fascina y sorprende a cualquiera que se asome a su cima emergiendo del agua. Y detrás de este espectáculo surrealista, hay una historia muy fascinante. Averigüemos juntos qué hay que saber sobre la iglesia de Sant Romà de Sau.
La iglesia de Sant Romà de Sau se levanta en lo que antaño fue el pueblo del mismo nombre, una pequeña aldea que, como muchas otras de España, vivía de la agricultura y la ganadería ovina. En la década de 1960, el destino de la zona cambió radicalmente con la construcción de una presa en el valle del río Ter y la creación de un embalse artificial, el Pantà de Sau.
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Este proyecto, diseñado para satisfacer la creciente necesidad de agua y electricidad, provocó la inundación de Sau y de todos sus edificios, incluida la iglesia, obligando a evacuar a la población. La parte superior del campanario, sin embargo, emerge del agua en las estaciones secas, creando un espectáculo sorprendente y espeluznante.
Considerada la iglesia sumergida más antigua del mundo, Sant Romà de Sau es un extraordinario ejemplo de arquitectura románica catalana que data de la segunda mitad del año 1000. A pesar de su modesto tamaño, su ubicación elevada y aislada siempre ha tenido una fuerte conexión con el paisaje natural circundante, una relación que se hizo aún más poderosa después de quedar sumergida a unos 23 metros de profundidad.
Hoy, la iglesia atrae la atención de los visitantes no sólo por su arquitectura, sino sobre todo por su misteriosa presencia emergiendo de las aguas de la cuenca. Cuando el nivel del agua está especialmente bajo, se puede incluso caminar hasta la base de la iglesia, tocando el testimonio de un pasado perdido.
La iglesia de Sant Romà de Sau se ha convertido en un popular destino turístico, especialmente para aquellos que buscan experiencias fuera de los caminos trillados. Fotógrafos, amantes de la historia y simples curiosos se aventuran por las orillas del Pantà de Sau para admirar el espectáculo único del campanario emergiendo del agua.
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Además del aspecto visual, el lugar tiene también un fuerte impacto emocional. Muchos visitantes reflexionan sobre cómo la construcción de la presa cambió para siempre el destino de todo un pueblo, sumergido bajo metros de agua y olvidado en el tiempo.
El ambiente se llena de nostalgia, pero también de belleza, sobre todo durante las horas del atardecer, cuando el campanario destaca sobre el cielo dorado y se refleja en las plácidas aguas del embalse.