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Las películas de animación más conocidas de Walt Disney presentan maravillosos edificios, palacios y castillos, escenarios de los cuentos que han acompañado la infancia de niños de todo el mundo.
Las historias de los dibujos animados de Disney, entre reinas malvadas, princesas y príncipes que luchan por su amor, se inspiran en novelas e historias escritas por autores destacados, como el cuento Blancanieves y los siete enanitos, escrito por los hermanos Grimm, La bella durmiente, de Charles Perrault, o Aladdin, de Las mil y una noches.
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Lo que hace únicas a estas películas de animación, además de las historias y la música, son también los escenarios. Una historiadora de la arquitectura medieval, Meredith Cohen, analizó los palacios dibujados en algunas películas famosas de Disney e identificó similitudes con palacios reales existentes. He aquí cuáles son y dónde se encuentran.
Disney también aterriza en España y es que el castillo medieval del Alcázar de Segovia es el castillo que inspiró al equipo de diseño de Disney en la creación del castillo de la Reina de Blancanieves.
Según el investigador histórico Cohen, el castillo se reproduce en la película con mucha atención a los detalles reales, pero también con elementos de fantasía.
Por ejemplo, las pequeñas ventanas y la fachada de piedra son reales, mientras que las numerosas torres y torreones se añadieron para dar un efecto mágico al cuento.
La historia de Corona en «Rapunzel» tiene lugar en el Monte Saint-Michel, que originalmente era una abadía benedictina situada en una pequeña isla frente a la costa de Normandía, en Francia. Con el tiempo, la iglesia se convirtió en prisión y, en la vida real, sólo se puede acceder al Monte Saint-Michel dos veces al día, cuando la marea está baja.
La película de Disney retomó la estructura y también la historia de la prisión y las mareas para hacer aún más evocador el diseño de este cuento de hadas que narra la vida de Rapunzel, atrapada en una torre, que utiliza su pelo, como las mareas, para comunicarse con el mundo exterior.
Dos castillos escoceses inspiraron las historias de DunBroch en Brave: Eisilean Donan y Dunnottar.
Parte del diseño reproduce fielmente el original, con las fachadas de piedra, pero los castillos son del siglo XII, mientras que la historia de Rebelde está ambientada en el siglo X.
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Además, en el dibujo animado los castillos aparecen degradados por razones de cuento de hadas, mientras que en realidad se suponía que eran dos castillos de piedra habitables.
El gran palacio del Sultán en Aladdin va más allá de la realidad. La reproducción en dibujos animados se inspira en el Taj Mahal de la India, pero también en la catedral de San Basilio de Moscú.
Como dice Cohen, el palacio de Aladino consta de una gran cúpula sobre una torre central con otras iguales más pequeñas y una gran escalera que conduce a una puerta arqueada.
La puerta turquesa recuerda la colorida arquitectura del Taj Mahal, pero las cúpulas se asemejan a las de la catedral de San Basilio.
El castillo de Neuschwanstein, en Baviera, una gran obra encargada por el rey Luis II de Baviera, inspiró, según Cohen, al castillo del rey Esteban, padre de la Bella Durmiente.
De nuevo, es una mezcla de realidad y fantasía, y los diseñadores se inspiraron en el palacio real y luego lo modificaron para crear una atmósfera más evocadora.
Además, parece ser que este castillo bávaro sirvió de inspiración para el logotipo de Disney.
El cuento de hadas Frozen se basa en una leyenda escandinava y el castillo de Arendelle, donde se encuentra la princesa, parece ser de arquitectura escandinava.
El palacio de Frozen tiene numerosos frontones y un campanario coronado por una aguja. La fortificación que rodea el castillo recordaría a la fortaleza de Akershus, situada cerca de Oslo.
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No sólo los castillos, algunos de los escenarios de los dibujos animados de Disney también proceden de la realidad, entre ellos: