Colaboradora de Indomio.es/news
En los últimos años, las catedrales de cristal y acero en medio del desierto figuran entre los destinos turísticos y lugares de negocios más populares. Los rascacielos crecen en altura y remodelan la geografía urbana de un mundo cambiante.
¿Cuál es el rascacielos más alto del mundo? No está en Chicago, donde en 1871 se construyó el primer rascacielos de la historia (sólo tenía 42 metros de altura), ni tampoco en Nueva York, superada por Hong Kong en número de edificios altos: 4400 frente a los 2700 de la Gran Manzana.
La ingeniería moderna desafía las leyes de la gravedad en terrenos antes impensables e inexplorados. Aquí es donde se encuentra.
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La historia de los rascacielos comenzó en Chicago a finales del siglo XIX. En 1885 se inauguró el Home Insurance Building, considerado el primer rascacielos de la historia.
Su construcción fue posible gracias a soluciones innovadoras para la época, como el ascensor y la estructura de acero. Aquel edificio representó el renacimiento y la expansión urbana tras el gran incendio que devastó la zona en 1871.
Fueron las cenizas de aquel trágico suceso las que se convirtieron en terreno fértil para la experimentación de nuevas formas arquitectónicas, desencadenando una auténtica carrera hacia la cima entre ciudades americanas rivales. El guante lo recogió inmediatamente Nueva York, que se convirtió en el nuevo epicentro de esta competición, con los emblemáticos Empire State Building y Chrysler Building.
Los rascacielos se convirtieron en símbolos de progreso y poder económico. Estados Unidos era la única superpotencia capaz de avivar esta grandeza constructiva, ganando espacio en la metrópolis en rápida y caótica expansión.
El eje de esta ambiciosa y aparentemente imparable carrera se desplazó del Oeste al Este. Es en esta última zona del planeta donde se alza hoy el rascacielos más alto del mundo.
A partir de 2024, el Burj Khalifa de Dubai (Emiratos Árabes Unidos), en la frontera con Arabia Saudí, será el edificio más alto del mundo.
En árabe significa «Torre Khalifa», pero el alto edificio se conoce con otros nombres, entre ellos «El Gigante de Dubai» o «Burj Dubai», que era el nombre original del rascacielos durante la fase de construcción.
Más tarde, en 2010, pasó a llamarse Burj Khalifa, en honor del Emir de Abu Dhabi, Khalifa bin Zayed Al Nahyan. Los turistas y residentes del Estado del Emir lo conocen cariñosamente como el rascacielos «El Burj».
La Torre Khalifa se eleva hacia el cielo con sus 828 metros de altura repartidos en 163 plantas. Este gigante de cristal y acero fue inaugurado en 2010, tras un atrevido diseño fruto de una ingeniería futurista.
Es elegante y cónica, y su forma se inspira en la flor del desierto. Los materiales de la fachada exterior están compuestos por 26 mil paneles de cristal que reflejan la luz del sol, creando un juego de claroscuros y realzando su magnificencia.
Las paredes del rascacielos albergan un auténtico microcosmos, una metrópolis de 900 pisos y numerosas oficinas ultramodernas. En su interior podrá visitar las siguientes atracciones:
Una de las paradas habituales es en Burj Khalifa Downtown, el barrio que rodea el rascacielos y que alberga numerosas tiendas, restaurantes y atracciones.
Gracias a un sistema de ascensores de alta velocidad, el más rápido del mundo, es posible llegar a los pisos superiores avanzando 10 metros por segundo.
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El coste de construcción del Burj Khalifa se estima en unos 1.500 millones de dólares. Una inversión enorme, pero inferior a la empleada en la construcción de otros edificios caros como el Abraaj Al Bait (15.000 millones de dólares) y el Marina Bay Sands (5.700 millones).
Curiosamente no es inferior al rascacielos en construcción, con la ambición de batir el récord del Emir.
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El mayor reto de ingeniería en la construcción de rascacielos como el Burj Khalifa es sin duda la búsqueda de la estabilidad.
Para soportar las fuertes ráfagas de viento y el imponente peso de la estructura, se adoptaron tecnologías innovadoras como una base y cimientos en «Y» invertida, el uso de hormigón de alta resistencia y la instalación de un sistema de amortiguación de vibraciones.
Sin embargo, la supremacía de Dubai puede verse pronto socavada por el gigante saudí, la Torre Jeddah, que debe su nombre a la ciudad que la alberga, Jeddah. Se espera que el rascacielos alcance una altura de 1.008 metros, superando la marca del kilómetro y sobrepasando al Burj Khalifa en casi 180 metros.
La construcción comenzó en 2013, pero se ha retrasado varias veces debido en parte a supuestos incidentes de corrupción. La última estimación prevé su finalización para 2027.
La Torre Jeddah podría costar menos que el Burj Khalifa gracias a nuevas tecnologías y materiales que prometen revolucionar el diseño y la construcción de futuros edificios. La sostenibilidad, la inteligencia artificial y la bioarquitectura serán elementos clave en el futuro de las ciudades verticales.