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Responsable de comunicación en Indomio España
El alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, anunciaba el pasado viernes, 21 de junio, sus planes de eliminar todos los pisos turísticos en Barcelona de cara a 2029. Esta iniciativa es una forma de responder al desajuste entre la oferta y la demanda de vivienda, que preocupa a los residentes de Barcelona (al igual que a los de otras zonas de España). Aunque el turismo no es el único factor causante de este desajuste, sí que es uno de los motores que aumentan la tensión en los precios y la disponibilidad de la vivienda y es aquí donde entra la decisión del Ayuntamiento de Barcelona.
El plan para terminar con las viviendas turísticas comienza por no renovar las licencias de los más de 10.000 pisos turísticos de Barcelona a partir de noviembre de 2028. Además, tampoco se concederán más licencias ya que, como explica la teniente alcalde, la idea es que directamente deje de existir esa figura de alquiler turístico.
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La idea es que esta eliminación de pisos turísticos en Barcelona aumente la oferta de vivienda habitual, permitiendo a los jóvenes emanciparse sin tener que irse de la ciudad y a los residentes tener la capacidad de mantener su hogar, su nivel de vida y llegar a un equilibrio entre estos y el sector turístico.
Otra renovación que quiere llevar a cabo el Ayuntamiento es la de la ley, ya existente, que establece que las promotoras tienen que destinar el 30% de sus proyectos a vivienda social. Esta se conoce como Pla Viure (creado en 2018). Los cambios a introducir se basan en una mayor oferta de este tipo de vivienda en la ciudad y no solo en la periferia, así como la transferencia de viviendas sociales a otros solares para posibilitar que un promotor social las ejecute.
España es un país en el que el sector turístico tiene un gran peso sobre la actividad económica y Barcelona es, sin duda, una de las ciudades en las que podemos observar este fenómeno. Solo hace falta conocer algunos datos para entender la magnitud:
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En 2023, más de 26 millones de turistas visitaron la capital catalana y más de 4 millones y en abril de este año, 2024, medio pasaron por el aeropuerto de El Prat. De hecho, el turismo en 2023 supuso un gasto total de 12.750 millones de euros por parte de los turistas, siendo una gran fuente de ingresos para la ciudad. Si tenemos en cuenta que Barcelona tiene actualmente 1.655.956 habitantes censados, todo esto significa que cada mes, visitan la ciudad casi más personas de las que viven en ella.
Todo esto provoca una gran tensión sobre la vivienda, pero también sobre los servicios públicos, como el transporte o el tipo de oferta comercial y hostelera.
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