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Colaboradora de Indomio.es/news
Ejemplo de fusión perfecta de diseño e ingeniería, la Casa Danzante de Praga es un icono de la arquitectura contemporánea, que mezcla formas audaces con una elegancia sin límites.
Si se encuentra en Praga durante un fin de semana, este edificio es uno de los lugares que debe visitar y constituye un claro testimonio del ingenio humano entre dinamismo y creatividad. Echemos un vistazo a las características de esta casa, también llamada cariñosamente «Casa de los Borrachos» por los lugareños debido a su carácter oscilante.
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Construida entre 1992 y 1996 según un diseño de Frank Gehry, la Casa Danzante de Praga se alza majestuosa a orillas del río Moldava.
Se llama así por sus formas sinuosas, formadas por dos torres adyacentes que recuerdan la silueta de dos bailarines:
La idea original era construir un centro social, pero hoy la estructura alberga diversos servicios, como oficinas, hoteles, restaurantes, bares y una terraza hiperpanorámica.
En su interior se pueden degustar las exquisiteces del restaurante Fred & Ginger (uno de los establecimientos más chic de la capital que, no en vano, rinde homenaje en su nombre a los dos famosos bailarines de Hollywood) o alojarse en el hotel Dancing House de Praga, en sus 21 habitaciones de extra-lujo.
La Casa Danzante también alberga una Galería de Arte Moderno con obras de artistas checos e internacionales (abierta todos los días de 9:00 a 20:00).
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Con siete plantas de altura, la Casa Danzante de Praga concentra las principales atracciones en su última planta (la única abierta al público): no sólo el restaurante y el hotel antes mencionados, sino sobre todo la terraza panorámica, que ofrece una vista impresionante de la ciudad y permite admirar el Puente de Carlos y el Castillo de Praga desde las alturas.
Llegar a la Casa Danzante es muy fácil: desde el centro histórico de la ciudad se puede llegar a pie.
También puede tomar el tranvía hasta la parada de la plaza Jiràskovo y caminar unos minutos a lo largo del río. La estación de metro más cercana es Plaza Karlovo, en la línea B (amarilla), a unos 10-15 minutos del edificio.
También hay taxis y otras líneas de transporte privado desde cualquier punto de la ciudad.
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Hay dos opciones para visitar la Casa Danzante de Praga: pagar la entrada (100 coronas checas), unos 4 euros, o pedir algo en el Glass Bar, situado también en la última planta del edificio (abierto todos los días, de 9 de la mañana a medianoche).
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