Responsable de comunicación en Indomio España
A veces aparecen vídeos en las redes sociales que muestran un fenómeno peculiar: el agua del fregadero corre en sentido contrario a las agujas del reloj.
¿Es cierto que el agua gira en sentido contrario a las agujas del reloj según el hemisferio? Veamos en qué consiste esta creencia y si es cierta desde un punto de vista científico.
Muchas personas habrán llenado de agua un lavabo o una bañera y habrán observado, al quitar el tapón para que el agua se vaya por el desagüe, que es aspirada por un vórtice hasta que sale.
LEE TAMBIÉN: ¿Cuándo se inventó la primera lámpara?
Quizá te hayas preguntado en qué dirección gira el agua al descender. Existe desde hace tiempo una creencia muy extendida, que también ha aparecido a menudo en las redes sociales, según la cual la dirección en la que gira el agua depende del hemisferio en el que te encuentres.
Según esta teoría, si te encuentras en el hemisferio norte, es decir, al norte del ecuador, el agua siempre bajaría en el sentido contrario a las agujas del reloj; por el contrario, si te encuentras en el hemisferio sur, al sur de la línea del ecuador, el agua bajaría en el sentido de las agujas del reloj.
La razón por la que es el hemisferio el que determina el sentido de rotación del agua en un desagüe se encontraría en la rotación de la Tierra.
Esta teoría basada en la rotación de la Tierra se refiere a la llamada fuerza de Coriolis . Está causada por el movimiento de rotación de la Tierra alrededor de su propio eje.
Esta rotación se percibe en el sentido contrario a las agujas del reloj para un observador que se encuentre en el Polo Norte y en el sentido de las agujas del reloj si estás en el Polo Sur.
LEE TAMBIÉN: Metro-2, historias y leyendas sobre el metro secreto de Moscú
La velocidad de rotación, que en los polos es nula y en el ecuador es máxima, hace que cualquier cuerpo que se desplace hacia un centro de atracción se desvíe hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur: en este caso el cuerpo en movimiento es el agua y el centro de atracción es el desagüe.
Aunque este razonamiento es cierto en teoría, las cosas son diferentes en la práctica.
La fuerza de Coriolis es tan débil que no se percibe. Para que tuviera un efecto real, se necesitarían masas de agua muy grandes.
Además, hay otras variables que afectan a la descarga de agua, como la velocidad del agua, la fuerza de atracción de la descarga y el empuje ejercido al retirar el tapón. Por lo tanto, aunque la teoría es correcta, sus efectos no son observables ni demostrables en el caso de un desagüe pequeño como un fregadero doméstico.