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Colaboradora de Indomio.es/news
Las alfombras persas son consideradas de gran calidad, entre las más antiguas del mundo. En 2010, la UNESCO inscribió la provincia de Fārs y la ciudad de Kashan entre el patrimonio oral e inmaterial de la humanidad. En estas zonas de Irán se pueden admirar las “habilidades tradicionales para tejer alfombras”.
Sin embargo, para elegirlos es necesario tener tacto y ojo. Se necesita mucho cuidado para limpiarlos, almacenarlos y combinarlos de la forma correcta en casa. Esto es lo que debe saber sobre estas preciadas obras de tejido persa.
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El primer paso es elegir una alfombra original, auténtica y no industrial, que se acerque lo más posible a la calidad de las alfombras persas más antiguas.
Los expertos sugieren utilizar el tacto para verificar su autenticidad. Existen otras técnicas que puedes hacer antes de comprar:
Es necesario presionar con los dedos el pelo de la alfombra, es decir, la parte superior, donde se entrelazan las imágenes coloreadas y las tramas de las historias que representa una alfombra.
Cuando tocamos el vellón y movemos los mechones, todos los nudos e hilos del tejido deben aparecer claramente visibles. De lo contrario, puede que no sea artesanal y auténtica, y el precio excesivo sería desproporcionado.
Al doblar una alfombra auténtica sobre sí misma, se deben poder distinguir todos los nudos individuales, con el pelo ordenado alrededor de la trama del tejido. Un detalle de precisión que las máquinas industriales no pueden producir con precisión.
Además, una auténtica alfombra se puede doblar en cualquier lugar y en todas las direcciones sin que la trama o el pelo dejen huecos o irregularidades perceptibles.
Incluso en la parte trasera, una auténtica alfombra persa debe tener lazos evidentes. Además, observando los flecos y los bordes, se pueden apreciar los detalles.
Los flecos no deben haber sido cosidos por separado, de lo contrario la alfombra persa sería falsa. El fleco, en un producto auténtico, es la continuación natural del tejido de toda la alfombra.
Algunas imprecisiones denotan la autenticidad de la alfombra y la artesanía del producto. Algunas diferencias de altura y afeitado podrían indicar que fue hecho a mano. Sin embargo, esto no significa necesariamente autenticidad, especialmente si falta la etapa de anudado.
Antes de adquirir una alfombra, es importante tener en cuenta la textura, tamaño y color, para que combine con nuestro hogar.
Estos son los parámetros a considerar para la combinación adecuada:
Las alfombras persas quedaría mejor en un espacio de decoración antiguo, sin embargo, se puede elegir en función de la textura de los diseños que mejor combinen con el estilo.
En un apartamento moderno, de estilo minimalista, la alfombra persa podría marcar la diferencia, dando un toque más barroco al salón.
Cuanto más pequeña sea la habitación, menos impactante debe ser la alfombra en cuanto a tamaño y textura de las tramas.
En cambio, en una habitación grande podrías colocar dos de ellos, o utilizar uno como separador de una sala de estar y un comedor amueblados juntos.
Si la idea es colocarlo debajo de la mesa (mejor evitar debajo de un mueble), será necesario que tomes las medidas adecuadas.
Cuando estemos sentados en las sillas dispuestas alrededor de la mesa no deben sobrepasar los bordes y los flecos de la alfombra.
Los sofás y sillones deben colocarse en el borde de la alfombra, que por tanto debe ser más grande, para poder albergar también una mesa de centro, por ejemplo.
No sólo pasillos, sala, comedor. Una buena alfombra persa también queda bien en el dormitorio, quizás como alfombra junto a la cama.
Esta solución aumentará la percepción espacial de la habitación, haciéndola parecer más grande y envolvente. La sensación de suavidad que sientes al sacar los pies de la cama hará que el despertar sea placentero.
Las texturas finas deben tratarse con cuidado y atención.
Cuando decides limpiar alfombras persas, debes hacerlo con delicadeza, evitando detergentes y maniobras que pueden estropear el tejido, la exactitud de los diseños, la viveza de los colores.
Las alfombras persas se pueden limpiar de las siguientes formas:
Podemos esparcir bicarbonato de sodio por la superficie, cepillar con cerdas suaves y dejar que penetre en todos los rincones.
Finalmente déjalo reposar al menos medio día o toda la noche.
En lugar de bicarbonato de sodio, podemos espolvorear la alfombra con abundante salvado y cepillar con cuidado.
En ambas soluciones (bicarbonato o salvado) tendremos que limpiarlo con el aspirador después de que hayan trabajado al menos 12 horas.
Diluye el amoniaco en abundante agua, humedece un paño suave en la mezcla y pasa delicadamente con la aspiradora cada centímetro de la alfombra previamente espolvoreada.
Finalmente se debe dejar secar al aire libre, evitando la luz solar directa.
Como alternativa al amoniaco, puedes preparar una mezcla de abundante agua con vinagre de manzana.
Si está nevando, podemos aprovechar el momento y cubrir la alfombra con nieve polvo durante unos minutos. La nieve elimina la suciedad y protege el brillo de los colores.
Los expertos recomiendan pasar la aspiradora todos los días, siguiendo siempre la dirección del pelaje.
Por último, detallamos algunas buenas prácticas que podrían proteger la alfombra persa del desgaste con el tiempo:
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