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Responsable de comunicación en Indomio España
La compañía de un gato no tiene precio, pero hay un pequeño reto diario al que enfrentarse: limpiar el arenero. Puede que no sea la actividad más glamurosa, pero limpiar y mantener fresca la caja de arena de tu amigo felino es crucial para su felicidad y para tu propia serenidad doméstica.
Prepárate para descubrir cómo convertir esta rutina en un juego de niños, garantizando un entorno higiénico para tu gato y un hogar libre de olores para ti.
Para garantizar un entorno saludable para tu gato, hay una regla básica que debes seguir: debes retirar los grumos de la caja de arena a diario y cambiarla al menos dos veces por semana. Esta operación es esencial para evitar la formación de olores desagradables y para que tu amigo felino, amante de la higiene, no abandone su caja de arena para hacer sus necesidades en otro rincón de la casa.
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No hay que subestimar el tipo de arena con la que llenar la caja sanitaria, porque de ello dependerá el orden y la limpieza de la misma. La arena debe tener ciertas características esenciales, en primer lugar un poder aglomerante, capaz de absorber bien los líquidos y los olores, y de recoger todas las necesidades en cómodas bolas, fáciles de retirar. De esta forma, te resultará práctico y rápido de limpiar y te garantizará siempre un olor a limpio. También es importante que la arena no suelte polvo: si se pega a las patas de tu gato, lo encontrarás esparcido por todas las habitaciones.
Además de los consejos dados hasta ahora, una limpieza a fondo del arenero de tu gato requiere que tires toda la arena y laves a fondo el arenero. Utiliza un detergente neutro, ya que los felinos son especialmente sensibles a los olores. Evita la lejía y opta por jabones naturales.
Si eres un amante de los remedios caseros, aquí tienes un par de soluciones para limpiar el arenero de tu gato, que puedes crear en la comodidad de tu hogar con unos sencillos ingredientes.
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Coge un poco de detergente para vajilla y esparce unas gotas en el fondo del arenero, después acláralo con agua tibia. Vierte un poco de agua oxigenada en un paño limpio y frótalo bien: lo desinfectarás todo y eliminarás cualquier olor. También puedes verter vinagre blanco directamente en el fondo de la caja de arena, dejarlo actuar durante 30 minutos y retirarlo con una esponja empapada en agua tibia.
Deja secar bien la caja de arena y vierte arena limpia, procurando crear un espesor de 8 centímetros: al gato le encanta escarbar y tapar sus excrementos. Conseguirás que tu mascota esté limpia y feliz y evitarás la formación de malos olores.
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