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La organización de la casa puede parecer una tarea interminable, en la que el desorden crece rápidamente. Sin embargo, hay un principio sencillo y eficaz que puede revolucionar la manera de poner orden: la regla 80/20, o principio de Pareto.
Este concepto, que tiene su origen en la economía, también puede aplicarse con éxito a la gestión del hogar. Veamos juntos de qué se trata.
Vilfredo Federico Damaso Pareto fue un influyente economista y sociólogo italiano, conocido por su importante impacto tanto en la economía como en el pensamiento social. El principio de Pareto, también conocido como la regla del 80/20, es una ley estadística que aparece con frecuencia en diversos sistemas complejos de causa y efecto.
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Este principio sugiere que el 20% de las causas producen el 80% de los efectos, mientras que el 80% restante de las causas generan sólo el 20% de los efectos. Aunque los valores de 80 y 20 son aproximados, el concepto es ampliamente aplicable. Pero, ¿cómo se traduce este principio en la vida cotidiana, especialmente en el contexto de la organización del hogar?
Marie Kondo, la célebre experta del orden, ha adaptado esta regla de oro a la gestión del hogar. El método 80/20 para ordenar es especialmente útil para quienes tienden a acumular objetos, ya que les ayuda a reorganizar su espacio y decidir qué conservar y de qué deshacerse.
Se trata de utilizar sólo el 80% del espacio disponible en armarios, estanterías, despensas y en toda la casa, dejando libre el 20% del espacio.
La regla del 80/20 ofrece un enfoque práctico y eficaz para mantener el orden en el hogar evitando llenar por completo espacios y superficies. Este método ayuda a que el entorno sea visualmente más relajante y a añadir nuevos objetos sin tener que quitar los existentes. Aplicable a todo tipo de espacios -desde armarios a despensas, pasando por dormitorios, cuartos de baño y pasillos-, esta regla crea nuevos espacios que contribuyen a una sensación general de paz y alivio.
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Organizar los espacios puede considerarse una forma de autocuidado, ya que reduce considerablemente el estrés. Tener menos desorden físico también libera la mente, restaurando una sensación de mayor espacio y «respiración» interior. De este modo, ordenar no sólo mejora la estética y la funcionalidad del hogar, sino que también favorece el bienestar personal, permitiéndonos vivir en un entorno más sereno y armonioso.
El principio de Pareto puede aplicarse en muchos ámbitos de la vida y la sociedad en general. Por ejemplo, podemos utilizarlo para decidir qué ropa conservar y de cuál deshacernos. La misma regla puede aplicarse para ordenar el armario de la cocina, la habitación de los niños o nuestros cajones.
Además, la regla del 80/20 también es útil para organizar armarios, estanterías, librerías y muebles del salón, que a menudo sobrecargamos con objetos innecesarios, creando un fuerte impacto visual.