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Responsable de comunicación en Indomio España
El moho en la cocina es un problema común y a menudo subestimado que puede comprometer tanto la salud como la estética del ambiente. Las esporas del moho pueden extenderse por las paredes, los azulejos e incluso el interior de los armarios si no se actúa a tiempo. Sin embargo, existen métodos eficaces para eliminarlo y, sobre todo, para prevenir su formación. En este artículo exploraremos soluciones sencillas y prácticas para eliminar el moho que se forma en la cocina y mantener este espacio seguro y saludable a lo largo del tiempo, con consejos útiles para prevenir su aparición.
Algunos ambientes domésticos son especialmente propensos a la formación de moho, y la cocina es uno de los espacios más vulnerables. Aquí se acumula un alto nivel de humedad debido a las actividades diarias que generan vapor, como hervir agua, lavar los platos con agua caliente y abrir el lavavajillas al final del ciclo.
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Todos estos procesos aumentan la humedad relativa, creando condensación, que es un caldo de cultivo para la aparición de moho en la cocina. Además, la presencia de tuberías, a menudo ocultas por muebles, facilita el estancamiento del agua en caso de pequeñas fugas, lo que puede favorecer la aparición de manchas de moho en zonas apenas visibles.
Para empeorar las cosas, existen los llamados puentes térmicos, zonas frías que facilitan aún más la formación de condensación, proporcionando un entorno ideal para que crezca el moho.
Eliminar el moho en la cocina es un proceso que requiere cuidado, porque no basta con quitar las manchas superficiales: las esporas del moho pueden propagarse fácilmente y reaparecer si las condiciones son favorables. Para empezar, es esencial evitar frotar las manchas directamente con esponjas abrasivas, ya que esto puede distribuir las esporas en el aire, aumentando el riesgo de inhalación.
Un remedio natural eficaz consiste en una solución de 700 ml de agua, 2 cucharadas de bicarbonato de sodio, 2 de peróxido de hidrógeno y 2 de sal. Esta mezcla se puede pulverizar sobre las zonas afectadas por el moho, dejar actuar unos minutos y, a continuación, frotar suavemente con un paño o un cepillo pequeño, útil para las manchas difíciles. Después de aclarar, conviene secar completamente la superficie para evitar que la humedad favorezca la aparición de nuevo moho. Otra opción natural es el vinagre blanco, que puede utilizarse diluido en agua templada para frotar la zona, o pulverizado puro para una acción desinfectante más intensa.
La lejía es una alternativa habitual en los productos industriales antimoho, sin embargo, debe utilizarse con precaución ya que puede tener efectos adversos para la salud y sólo actúa sobre el moho superficial, sin prevenir futuras reapariciones. Dependiendo de la gravedad del problema, puede ser aconsejable contratar a una empresa especializada para garantizar una limpieza a fondo y segura de las zonas comprometidas, especialmente en el caso de moho profundo o extenso.
El moho es un problema que hay que atajar con prontitud, y prevenir su reaparición requiere unas sencillas medidas. En primer lugar, procura que la humedad en casa sea mínima: evita tender la ropa en el interior e, incluso en los meses más fríos, abre las ventanas con regularidad, aprovechando los días soleados para un cambio de aire que ayude a combatir el moho. Puedes mantener las plantas en el interior, pero ten cuidado de no excederte con el agua, ya que la evaporación puede aumentar la humedad en las habitaciones.
En la cocina, es fundamental encender siempre la campana extractora al cocinar para reducir el vapor y mejorar la ventilación. Controlar el estancamiento de agua también marca la diferencia: seca inmediatamente las superficies húmedas, evitando así que se conviertan en caldo de cultivo para el moho. Recuerda también revisar periódicamente las tuberías en busca de fugas ocultas y utilizar deshumidificadores o aireadores, sobre todo en baños y zonas menos ventiladas.
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Por último, ten cuidado al utilizar sprays antimoho: evita excederte, ya que muchos de estos productos pueden ser perjudiciales. En su lugar, opta por las pinturas antimoho para pintar las paredes y crear un entorno naturalmente más resistente al moho. Con estos buenos hábitos diarios, reducirás en gran medida la probabilidad de que se forme moho en la cocina o en otras habitaciones de la casa.
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