
Responsable de comunicación en Indomio España
¿Por qué, a menudo, cuando hay viento fuerte, el WiFi puede dar problemas? En realidad, la respuesta no es tan sencilla.
El viento en sí no interfiere directamente con las ondas de radio del WiFi. A diferencia de la lluvia, que puede amortiguar la señal, el viento no tiene un impacto directo en la calidad de la conexión, pero puede tener otras consecuencias. Veamos juntos cómo puede afectar al WiFi.
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Los fuertes vientos pueden dañar cables, antenas y otras infraestructuras que transportan la señal de Internet. Árboles caídos, ramas rotas u objetos arrastrados por el viento pueden causar interrupciones en la línea, provocando problemas de conexión.
Los fuertes vientos suelen ir acompañados de tormentas eléctricas u otros fenómenos meteorológicos que pueden provocar cortes de electricidad. Los módems y routers, como todos los dispositivos electrónicos, necesitan electricidad para funcionar.
Por lo tanto, si se produce un apagón, el WiFi no funcionará.
Si nuestra conexión a Internet pasa por la línea telefónica, el viento fuerte puede causar interferencias y perturbar la señal, sobre todo si los cables son viejos o están dañados.
Las conexiones a Internet por satélite pueden verse afectadas por el fuerte viento, que puede mover la antena parabólica y provocar una pérdida de señal.
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Obviamente, no podemos controlar el viento, pero se pueden tomar ciertas medidas para evitar o limitar los problemas de conexión:
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El viento no es el enemigo directo del WiFi, pero puede causar indirectamente problemas de conexión al dañar la infraestructura o provocar cortes de electricidad. Así que, con un poco de cuidado y algunos trucos, a veces es posible limitar las averías.